El riesgo de incidencias en el transporte público está limando la credibilidad de sus gestores, pero no es mochila para un solo Gobierno. El ministro de Transportes, Óscar Puente, lleva días trasladando toda la presión por el caos en las infraestructuras a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y al alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, dos de los máximos exponentes del poder territorial del Partido Popular.
El ariete más contundente del Ejecutivo, tanto en el Congreso como en la red social X, es metódico subiendo imágenes de andenes del Metro de Madrid en los que no cabe un alfiler. Junto a las fotos, advierte de graves problemas: “Pues parece que se viene otro día de colapso en el Metro de Madrid como el de ayer y el de todos los días desde el lunes de la semana pasada”, indicó el miércoles 17, cuando se recrudeció el choque entre administraciones a cuenta de las demoras en el suburbano. Horas después, distintos viajeros aseguraban haber pasado 50 minutos parados en un túnel: “¿Os han llevado agua?”, espetó Puente en X.
El tono sarcástico del ministro se mantiene en cada uno de los rapapolvos matutinos que dedica a la Comunidad de Madrid desde la red social, donde ayer replicó más de dos decenas de mensajes con lamentos de los usuarios de Metro, responsabilidad del Gobierno de Díaz Ayuso.
Lunes de caos en el metro de Madrid por 11º día consecutivo. Pero poned fotos de hoy, no de los 10 días anteriores, que si no el Consejero no las valida. ¿Se animará Teleayuso a contar algo?. Posdata. Esta es de hoy. pic.twitter.com/pRxsLfIsJO
— Óscar Puente (@oscar_puente_) September 22, 2025
Al titular de Transportes le ha valido media legislatura para superar en comparecencias en el Congreso y Senado a sus antecesores, ya sean del PSOE o del PP. Suele ser duramente interpelado por el PP y VOX por las incidencias en Cercanías y en la alta velocidad. Puente ha lamentado tener que gestionar una flota de Renfe cercana a la obsolescencia o que la infraestructura precise remodelaciones por la creciente carga de tráfico. Pero ahora devuelve cada uno de los golpes, afeando la gestión de la movilidad en Madrid.
Obras de gran calado
En la capital se están ejecutando de forma simultánea actuaciones como el soterramiento del tamo que va desde la M-30 hasta Cuatro Vientos, que ha motivado el corte de la autovía A-5, y los trabajos municipales de soterramiento del Paseo de la Castellana en casi 700 metros (entre la calle Sinesio Delgado y el Nudo Norte de la M-30). Este último proyecto sirve de tapón para las carreteras A-1 y M-607, y amenaza a la operativa en la cochera de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) en Fuencarral, donde descansa casi la mitad de la flota de autobuses de Madrid.
También está en marcha la ampliación de la línea 11 de Metro en Atocha, tocando a las entradas a la ciudad por la A-42 y la A-4; se ha cerrado la línea 6 de Metro de Madrid entre Legazpi y Moncloa (arco este); la entrada por la autovía A-3 se ve comprometida por las actuaciones en el intercambiador de Conde de Casal, y los conductores que transitan la zona de Ventas sufren las obras de la futura cubierta de la vía de circunvalación M-30.
Transportes maneja informes que hablan de 100.000 personas afectadas cada día por el cierre de la línea 6. Otro foco de molestias, en la A-5, es el del obligado fin de recorrido para las líneas de autobús en Cuatro Vientos, lo que motiva que miles de viajeros tengan que realizar transbordos al metro y Cercanías. Tampoco llegan a su destino final muchos de los autobuses interurbanos del corredor de la A3.
El ministerio carga contra planes de movilidad “muy pobres y parciales”. Se sostiene, por ejemplo, que el plan de movilidad por el corte de la A-5 no consideraba la clausura de parte de la línea 6 de Metro. Otra queja se refiere a la “absoluta desaparición del Consorcio Regional de Transportes de Madrid, que debería realizar labores de coordinación”. Y se habla de tensiones entre Comunidad y Ayuntamiento por priorizar sus actuaciones.
La versión del Gobierno de Isabel Díaz Ayuso es radicalmente opuesta: “La interlocución con el Ministerio de Transportes es nula, pese a la insistencia del consejero [de Vivienda, Transportes e Infraestructuras] para abordar los numerosos problemas, retrasos y averías en infraestructuras clave como Cercanías, que crecen cada año”, explica una portavoz de la consejería responsable de los transportes en Madrid.
El ministro que dice combatir los bulos es el más prolijo en crearlos.
Como todo vale para tapar las vergüenzas de Sánchez atacando a Madrid, Puente difunde una fotografía que no es de hoy. La realidad en los andenes de @metro_madrid es esta.
España no merece la falta de… pic.twitter.com/GRoIiPEisz
— Jorge Rodrigo Dominguez (@jorgerodrigodo) September 17, 2025
Su titular, Jorge Rodrigo Domínguez, tampoco ha dudado en tuitear para desacreditar a Óscar Puente: “El ministro que dice combatir los bulos es el más prolijo en crearlos. Como todo vale para tapar las vergüenzas de [Pedro] Sánchez atacando a Madrid, Puente difunde una fotografía que no es de hoy”, indicó ese miércoles día 17. Desde entonces, el ministro sale prácticamente a foto diaria reflejando situaciones caóticas.
¿Oportunismo?
La coincidencia de importantes obras en la capital impacta en el ir y venir de los ciudadanos. Un colaborador de Puente consultado por este periódico cree que la intención de Ayuso y Almeida ha sido “tener las obras concluidas en mayo de 2027, coincidiendo con elecciones generales y municipales”. El colapso, apunta, “estaba servido”.
La Comunidad de Madrid niega la mayor: “Todas las actuaciones están planificadas con todas las partes implicadas. Los planes de movilidad alternativos y el refuerzo de Metro por el corte de la línea 6, en el tramo este, están activados desde el 8 de septiembre”. Desde la consejería de Infraestructuras y Transporte se afirma que el servicio en la línea 8 se ha potenciado con un 10% más de trenes; la línea 4 cuenta con un 13% extra; la 12 se ha reforzado con un 10% más, y en la línea 10B se han puesto un 8% de trenes adicionales. “No es cierto que exista una situación de caos en el Metro, como asegura el ministro”, zanja la portavoz de la consejería.
Sí se reconocen “incidencias puntuales” que han generado “ciertas aglomeraciones” en puntos neurálgicos de la red como Moncloa o Méndez Álvaro, “situaciones que en la mayoría de las ocasiones se han solucionado rápidamente teniendo en cuenta la confusión que se genera cuando comienza una obra y se cierra el suburbano”. Hay servicios especiales de autobús cubriendo tramos afectados por obras, hasta 61 vehículos en hora punta, que “transportan en todo el día a más de 100.000 viajeros con una frecuencia máxima de cinco minutos”.
El de la información al viajero, en este caso por limitada, también se ha convertido en un punto débil a juicio de un Ministerio de Transportes, que sobrelleva la crítica diaria por los retrasos de Renfe o las colas en los puestos de control de Barajas.
El intercambio de reproches es incesante. Desde Transportes se recuerda que Adif tuvo que aplazar la renovación de la línea de Cercanías C5, presupuestada en 600 millones (las obras iban a comenzar el pasado verano), por las actuaciones municipales en la autovía A-5. Del mismo modo se han retrasado las obras en la playa de vías de Cercanías en Atocha con la intención de evitar un colapso total. Y la Comunidad de Madrid contraataca: “Lo que omite intencionadamente el ministro es que la reducción en un 43% de la línea C5 de Cercanías en hora punta impacta en todo el transporte público regional”. En el Ejecutivo madrileño lamentan que Óscar Puente haya dejado sin respuesta una docena de cartas del consejero solicitándole la convocatoria de la Comisión de Cercanías. La última de estas reuniones, sostiene el Gobierno regional, esté fechada en octubre de 2023.
La estocada que pretende ser final la asesta Transportes: si hay estudios de movilidad en las zonas de Madrid afectadas por obras es porque el ministerio se encargó de realizarlos. Ese análisis concluyó que el corte de la Línea 6 de Metro decidido por la Comunidad de Madrid, era incompatible con el corte de la autovía A-5, ordenado por el Ayuntamiento.