Aunque la limerencia –es decir, el anhelo obsesivo– se ha convertido últimamente en una especie de palabra de moda, en realidad es un concepto bastante trillado: hay infinitos ejemplos literarios de sujetos desconsolados que se pasan tres pueblos fantaseando con una posible relación amorosa, desde Romeo Montesco hasta el joven Werther de Goethe (sin olvidar, por supuesto, las comedias románticas y sus personajes, de la Annie Reed de Algo para recordar a la Lara Jean Covey de A todos los chicos de los que me enamoré, y un largo etcétera).
Pero, ¿en qué consiste realmente la limerencia? A continuación, te descubrimos su definición completa y una guía sobre cómo puede afectar a las relaciones.
¿Cuál es la definición psicológica de limerencia?
«La limerencia es un estado psicológico de enamoramiento intenso y obsesivo hacia otra persona», explica el psicoterapeuta Lucas Saiter, fundador de Manhattan Therapy NYC. Mientras que el amor o el deseo reales suelen depender de que la pareja corresponda a esos sentimientos, la limerencia se basa ante todo en la incertidumbre de que el objeto de tus afectos (también conocido como «objeto limerente») corresponda a tu pasión.
Además, la limerencia no es solo un pequeño flechazo, sino que lo consume todo. «Se caracteriza por rumiación, pensamientos intrusivos, dependencia emocional y ansia de reciprocidad. Es una fijación cognitiva y emocional casi compulsiva por una persona que puede o no corresponder con el mismo grado de interés», dice Saiter.
¿De dónde procede el término ‘limerencia’?
La psicóloga Dorothy Tennov, que acuñó el término en su libro Love and Limerence de 1979, describió el concepto de la siguiente manera: “Yo no controlo esto que siento, esta atracción, hacia Emily. Esto me controla a mí. Intento desesperadamente combatirlo, limitar su influencia, canalizarlo (en el sexo, por ejemplo), negarlo, disfrutarlo y, sí, maldita sea, ¡que me haga caso! Aunque sé que Emily y yo no tenemos ninguna posibilidad de estar juntos, pensar en ella es una obsesión. Me encuentro en la situación de desear apasionadamente a alguien a quien no quiero en absoluto y que sé que no me aportaría nada si finalmente estuviera con ella”.
Según Saiter, Tenov creó el término para describir una experiencia específica y universal de obsesión romántica que no encajaba en las definiciones clínicas existentes de amor o deseo. Tenov también señaló que la limerencia puede afectar a cualquiera, independientemente de su sexo, edad, etnia, procedencia o cualquier otro rasgo.
¿Cómo saber si padeces limerencia?
En tanto que estado mental, la limerencia puede caracterizarse por pensamientos irracionales o intrusivos, dependencia emocional, incertidumbre y miedo al rechazo. «En estado de limerencia, puedes sentirte eufórico cuando las interacciones van bien, destrozado cuando no, y pendiente de los comportamientos, palabras y estados de ánimo de la otra persona», dice Saiter. «Tus pensamientos pueden ser obsesivos, y tu autoestima puede depender completamente de sus reacciones. A menudo lo menos importante es quién es esa persona, es más cómo te hace sentir».