Me encanta el eufemístico concepto de “la familia arrejuntada” (aunque la expresión pueda resultar un pelín ofensiva… ¿Qué soy, la hija de unos divorciados o una granja de Playmobil?). Aunque comprendo la presión que sienten muchos padres para seguir adelante con sus matrimonios por el bien de los niños, también hay que apreciar en lo que valen los sorprendentes lazos que pueden surgir una vez que esta unión llega a su fin. Yo, siendo ya adulta, he llegado a conocer a mi madre y a mi padre, por separado, de una forma que jamás habría conocido si aún estuvieran casados. Y la verdad, ¿quién me habría comprado mi primer y único chándal de Juicy Couture en 2007 si no hubiese sido la por entonces novia de mi padre, que era de lo más moderna?
Claramente, no soy la única que ve las bondades de una situación familiar no tradicional. Jennifer Lopez, nada menos, se tomó un descanso de su verano al estilo Nancy Meyers en los Hamptons para visitar esta semana en Brentwood a Jennifer Garner, la supuesta exesposa de Ben Affleck.
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