No ha sido la última película de Luca Guadagnino mejor recibida por la crítica, pero marcará lo que queda del año en el ámbito cinéfilo. Daniel Craig y Drew Starkey son los protagonistas de Queer, la adaptación a la pantalla del italiano de la novela del mismo título de William S. Burroughs que se presentó en la última edición del Festival de Cine de Venecia. La recepción por la prensa especializada no fue la mejor, pero cada lanzamiento del cineasta es todo un acontecimiento. Más, si ese estreno lleva a la pantalla una historia con sexo más que explícito y rostros de los que gustan a quienes siguen su trayectoria. Craig no necesita presentación, pero Drew Starkey posiblemente sí.
Nacido hace treinta años en Carolina del Norte, el actor ha sido uno de los habituales en el front row de los últimos desfiles de Loewe. No en vano, el director creativo de la firma, Jonathan Anderson, ha sido asesor en temas de vestuario de Guadagnino desde que preparara Rivales, su anterior largometraje. Fue allí, en aquel trío amoroso que encabezaba Zendaya, donde lanzó al estrellato mainstream a dos actores, Josh O’Connor –que ya era de sobra conocido por el público europeo– y Mike Faist. Ambos entraron en aquella divertida categoría de novio roedor que se puso de moda durante el verano y fueron automáticamente aupados al lugar de los chicos favoritos de internet. Y es precisamente en ese sitio tan anhelado por muchos donde encaja ahora Drew Starkey.