Cuando pensemos que ya lo hemos visto todo, siempre estará Rihanna dispuesta a sorprendernos
Anunció su embarazo al pasar por alfombra roja de la última MET Gala, lució tripita con un Alaïa a su paso por Cannes y, ahora, Rihanna nos ha vuelto a dejar un estilismo premamá para el recuerdo –aunque hemos de admitir que tampoco esperábamos menos por su parte–. De la mano de su pareja, ASAP Rocky, apareció radiante por el desfile Dior Homme primavera-verano 2026 en París, el cual supuso el inicio de la tan esperada nueva era del diseñador Jonathan Anderson, y en el que la artista aprovechó para confirmar por enésima vez su eterno idilio con la moda.
Alejada desde hace tiempo de la música y enfocada en ampliar su familia (es su tercera maternidad en poco más de tres años), la autora de Diamonds siempre guarda, sin embargo, un hueco para acudir a desfiles y para continuar desarrollando su exitosísima marca cosmética, Fenty Beauty. Apostó en esta ocasión por empezar a construir el estilismo a través de dos básicos: unos pantalones grises de traje y una camisa Oxford blanca que se ceñía a su vientre. Y, a partir de ahí, todo comenzó a cobrar vida. Sobre esta base, Rihanna sumó un chaleco satinado en color menta que se extendía en forma de cola por su silueta (esta prenda híbrida estuvo presente de manera similar en la pasarela) y un abrigo reversible con estampados floral y geométrico.
Hecho enteramente a medida, el look se adecuaba –por supuesto– a la línea estética que siguió todo el desfile. Un diálogo entre el pasado y presente que subvierte el orden de las cosas, y que se reflejó también en las vanguardistas prendas que portó la cantante y empresaria para la ocasión. Y como Rihanna es mucha Rihanna, tampoco escatimó con los accesorios, ya que eligió un maxicollar de perlas (con camafeo incluido) de Marlo Laz, pendientes de diamantes pavé y unas gafas futuristas con cristales tintados de amarillo.