Rutina y volver a ella: las claves para enfrentarla con una buena higiene mental

Es bien conocida la impresionante capacidad de adaptación que tiene el ser humano; así como que es precisamente esta facultad la que posibilita la supervivencia de la especie. Y es que ya lo decía Darwin: “No es la más fuerte de las especies la que sobrevive, tampoco es la más inteligente la que sobrevive. Es aquella que se adapta mejor al cambio”. Y –sorpresa–, la vida está repleta de cambios. Las situaciones, como las prioridades o necesidades, se van sucediendo y a nosotros no nos queda otra que enfrentarlas. Un ejercicio que beneficia a nuestro cerebro, ya que, para mantenerse en forma “necesita desafío, exigencia, cambio y movilidad”, tal y como afirma el profesor de psicología en la Universidad de Haifa de Israel, Shlomo Breznitz.

Así, el calendario nos plantea ahora un nuevo reto: las vacaciones. Esto es, saber irse y desconectar, pero también volver y retomar la vida ordinaria. Aunque la primera parte también supone un desafío para muchos, es cierto que es la segunda la que más suele costar y afectar al bienestar general del individuo. Y es que, según los expertos, el síndrome postvacacional afecta al 30% de la población adulta. Sin duda una resistencia al cambio que pone de relieve aspectos como la insatisfacción profesional o personal ya sea de forma puntual o continuada en el tiempo.

La Sociedad Española de Medicina y Familia Comunitaria(1) apunta a que los perfiles a los que más les afecta la depresión postvacacional son: hombres y mujeres alrededor de los 40 años, personas que idealizan el periodo vacacional como la cumbre de su bienestar emocional, individuos desmotivados en su puesto de trabajo y que presentan malestar y apatía en la actividad laboral cotidiana, personas que se incorporan al trabajo sin haber disfrutado de un periodo de transición o que lo hacen tras haber tenido un periodo vacacional muy largo, o trabajadores con cuadros típicos de síndrome de burnout en su puesto laboral.

Cómo reincorporarse al trabajo manteniendo el estrés a raya

Es cierto que lo más importante para que la vuelta no se convierta en un suplicio es partir de una buena base, es decir, que se den unas condiciones favorables en el entorno laboral de motivación, respeto, organización y colaboración. Sin esto, las probabilidades de que la persona sienta ansiedad o desaliento serán mucho mayores. A partir de ahí, una rutina –esa palabra un tanto denostada– adaptada a los biorritmos será nuestra mayor aliada. Y es que, como afirman desde la Clínica Universidad de Navarra(2), un fallo en esos ciclos biológicos unido a la ausencia de motivaciones en el contexto de una vuelta a la vida ordinaria puede producir la aparición del temido síndrome postvacacional.

Guiomar Travesedo, psicóloga del Hospital Vithas Xanit Internacional(3), recomienda organizar la vuelta al hogar con algo de antelación, no el último día de las vacaciones, una técnica que ayudará a realizar el proceso de adaptación de forma más amable y progresiva. En esos días previos lo mejor será intentar ir adoptando prácticas habituales de la rutina, así como el contacto con la gente con la que nos relacionamos habitualmente. “Algo que recomiendo también a mis pacientes y que suele dar resultado es realizar la vuelta al trabajo un jueves o viernes en lugar de un lunes, como suele ser habitual”, amplía Guiomar.

Ver fuente

Farándula y Moda

Entrada siguiente

Entre ellos su asistente y dos médicos

Vie Ago 16 , 2024
Comparte en tus redes sociales Las autoridades detuvieron a dos médicos y a varios traficantes de drogas que estarían involucrados en la trágica muerte del actor Matthew Perry, reconocido por su papel como ‘Chandler’ en la serie Friends. El portal estadounidense TMZ indicó que las autoridades han avanzado en las investigaciones por la muerte […]

Puede que te guste