Sabrina Carpenter fue la gran protagonista del último episodio de Saturday Night Live, ejerciendo como presentadora y artista invitada en una noche en la que volvió a demostrar su versatilidad y carisma sobre el escenario.
La cantante ofreció dos actuaciones muy cuidadas visualmente con los temas ‘Manchild’ y ‘Nobody’s Son’, ambos incluidos en su nuevo disco ‘Man’s Best Friend’. Para la primera, Carpenter recreó en directo una habitación adolescente llena de detalles, convirtiendo su interpretación en una especie de videoclip teatralizado. En la segunda, la puesta en escena giró en torno a dos luchadores de karate en una habitación de estilo japonés, aportando un toque cinematográfico al número.
Más allá de la música, Sabrina participó activamente en varios sketches a lo largo del programa, donde mostró su faceta más cómica. En uno de ellos parodió ‘The Fate of Ophelia’ de Taylor Swift, ‘Abracadabra’ de Lady Gaga y ‘Ordinary’ de Alen Warren, mientras que en otro protagonizó un seminario de liderazgo con un giro final inesperado. También abrió el programa con un monólogo en el que interactuó directamente con el público.