Un teaser dirigido por el cineasta francés Gaspar Noé en el que dos siluetas se aproximan entre luces y sombras. Dos perfiles de lectura femenina, pero con vestimenta bajo los códigos tradicionales masculinos. Así, Anthony Vaccarello anticipaba horas antes del desfile las coordenadas de su nueva colección para Saint Laurent: trajes, sí, pero no como siempre.
Desfile de la colección primavera-verano 2025 de Saint Laurent.Estrop/Getty Images
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Con Le Smoking la maison agitó las normas de la moda, pero también las sociales, a finales de los años 60. Transgredió las reglas de vestimenta al crear un traje pantalón para mujer. Ya se habían visto antes, pero en Hollywood, en círculos artísticos e intelectuales, cuanto menos elitistas. Yves Saint Laurent lo llevaba a la calle. Una imagen tomada por Helmut Newton de una mujer sola en un callejón, de noche, fumando, con charcos en el asfalto, para inmortalizarlo. Y se hizo la revolución.
Desfile de la colección primavera-verano 2025 de Saint Laurent.Estrop/Getty Images
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En la nueva propuesta de Vaccarello también brilla el suelo, pero los cigarrillos están ausentes, aunque no se echan de menos, y no solo por el sentir contemporáneo: las modelos caminan con las manos en los bolsillos. Además, la cadencia festiva se sustituye por un espíritu corporativo de camisas de rayas, gafas de vista y corbatas, en sintonía con la estética corpcore. Pero esta adquiere un matiz sáfico: la imagen se aleja del erotismo capitalizado por la mirada masculina, evocando más bien a figuras como Fran Lebowitz, Gillian Anderson, Jodie Foster o Susan Sontag, iconos del colectivo lésbico, con influencias del armario del propio Yves.
Desfile de la colección primavera-verano 2025 de Saint Laurent.Estrop/Getty Images
Desfile de la colección primavera-verano 2025 de Saint Laurent.Estrop/Getty Images
Apenas hay complementos más allá de las gafas. Cinturones no accesorios, sino verdaderamente útiles para elevar los pantalones de pinzas, o algún brazalete dorado que asoma bajo los puños XXL de una camisa. Eso sí, se acumulan las capas. Hay superposición de cazadoras de piel, gabardinas o bombers sobre trajes, símbolo de la persona, en este caso, mujer, en movimiento: sale de casa con todo puesto. Y los trajes son mayoritariamente oversize. Desaparece, así, la lánguida silueta que Vaccarello había hecho marca de la casa. Sube el volumen y sube, también, la apuesta. Si bien es una colección continuista, es asimismo evolutiva: el cambio es evidente y altamente estimulante para una firma que se debate siempre entre la corrección y la incorrección política.
Desfile de la colección primavera-verano 2025 de Saint Laurent.Estrop/Getty Images
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Eso sí, no deja de lado ciertas concesiones vacacionales con la impronta de Loulou de la Falaise, socialité, musa y amiga de Yves Saint Laurent. Camisas con transparencias y encajes, faldas de volantes superpuestas, blusas de seda con escotes infinitos y faldas extralargas comulgan con chaquetas de cuero o de telas jacquard. Emergen, en este contrapunto de la colección, pendientes extremos y stilettos. Pero, de nuevo, el gesto de moda está ahí: manos en los bolsillos o portando una prenda. Cuestión de actitud.
Desfile de la colección primavera-verano 2025 de Saint Laurent.Estrop/Getty Images
Desfile de la colección primavera-verano 2025 de Saint Laurent.Estrop/Getty Images
Y como nota al pie, un hito ineludible del desfile: el regreso de Bella Hadid. Desde 2022, cuando selló el momento más viral del año con Coperni, donde ofreció su cuerpo a la creación de un vestido en directo gracias a una tecnología de spray textil, no había vuelto a pisar una pasarela. Se ha rumoreado mucho sobre su reaparición, tras ser vista en las calles de París estos días. Y, finalmente, ha sido hoy: en un canto a la identidad, la libertad y la disidencia a través de la moda que tan bien encarna ella.
