No mucho antes de que Carrie Bradshaw se comprara un fastuoso vestido de noche de la alta de primavera-verano 2019 de Valentino para arrojar las cenizas de Mr Big al Sena, Sarah Jessica Parker posaba en la Gala de la Moda de otoño 2019 del Nueva York City Ballet con un vestidazo rosa ‘Pierpaolo’, confeccionado por Zac Posen (el diseñador firmaba el vestuario de la obra The Shaded Line, de Lauren Lovette).
A excepción quizá de la Met Gala, estas alfombras rojas son el lugar idóneo para que la actriz despliegue su arsenal de estilo más potente. Sirven de ejemplo el vestido midi con volante de Oscar de la Renta que llevó en la gala de primavera de 2004; la creación con capa de Valentino, en otoño 2012; la imponente alta costura de Giles Deacon con zapatillas rojo rubí de otoño 2018; y el vestido de corte campana de Carolina Herrera que lució en el evento del año pasado, donde supuestamente encandiló al abarrotado aforo del David Koch Theatre arrancándose a cantar At the Ballet, del musical A Chorus Line.