Scarlett Johansson se apunta a la manicura ice-cream
Del mismo modo en que Jennifer Lopez marcó un cambio en el paradigma cuando escogió unas milky nails para su boda con Ben Affleck, parece que Scarlett Johansson ha hecho lo propio tres años después, decantándose por la manicura ice-cream tras meses de devoción a la manicura francesa. Tradicional, minimalista y sofisticada, cuando una superestrella renuncia a las French nails para adoptar una versión de las mismas, su elección se pone de moda automáticamente, y a veces, adquiere la categoría de macrotendencia. Y es que la manicura ice-cream ya formaba parte de las 18 tendencias de manicura para el verano 2025, pero después de este acontecimiento, se eleva oficialmente a la gran manicura de la temporada.
Como avanzábamos, Scarlett Johansson lució ayer manicura ice-cream en el programa de Jimmy Fallon y, antes de ayer, en la alfombra roja neoyorquina con motivo de la promoción de Jurassic World Rebirth. La elección elevaba los vestidos, convirtiéndose en un complemento discreto y sofisticado pero de lo más actual para sus apariciones, ahora que se ha convertido en una de las mujeres más poderosas de Hollywood tras 30 años de carrera. No esperábamos menos de ella.
¿Qué es la manicura ice-cream?
Es cierto que la clásica manicura francesa ha sido reinterpretada mil veces (uñas baby french, manicura francesa americana, glow french…), pero ninguna con tanta dulzura como esta. La manicura ice-cream es la versión más apetecible de la manicura francesa: esmaltes en tonos pastel que recuerdan a sabores de helado y un acabado suave y cremoso. Si este verano buscas una manicura con aire retro, apetecible y fácil de llevar, esta es la tendencia que te va a conquistar. Su artífice fue Harrier Westmoreland, nail artist entre cuyas clientas se encuentran Zendaya y Rosie Huntigton-Whiteley.
Todo, desde la forma hasta el color, se aleja de las líneas blancas y rectas tradicionales y apuesta por una estética divertida, suave y adictiva que surge gracias a esta versión degradada: la punta blanca de la manicura francesa se mezcla con la base rosa, como una bola de nata derritiéndose sobre otra de fresa.