Audemars Piguet repasa su historia y las mujeres que han formado parte de ella
La de Suzanne Audemars es una historia que alcanza el estatus de leyenda. Dicen que dormía con un fusil y escondía un tesoro bajo su cama. Herbolaria (y puede que también contrabandista) perdió a tres hijos y a su marido víctimas de una epidemia que la dejó aislada por la nieve con otros tres pequeños a su cargo. Sin embargo, a pesar de tener la suerte en contra, decidió formar en relojería a los tres hijos que sobrevivieron a la tragedia. Considerada como ‘la bisabuela de la firma’ por Sébastian Vivas, director del Museo y del Patrimonio de Audemars Piguet, logró impulsar la carrera de Louis-Benjamin Audemars, uno de sus retoños, hasta que se convirtió en el relojero más importante de La Vallée de Joux en el siglo XIX, asentando una herencia que se extiende hasta la actualidad. “Tenía una personalidad muy fuerte, encarna la resistencia, la tenacidad y el sentido de comunidad”, cuenta el experto sobre esta mujer que lo empezó todo. Aunque a lo largo de los 150 años que ahora celebran en la marca, no ha sido la única que ha ayudado a construir su legado.
El suyo es uno de los muchos relatos que conforman la casa fundada en Le Brassus: un pequeño pueblo de Suiza, cuna de la alta relojería, que ahora busca poner en valor a las figuras femeninas más representativas de su patrimonio cultural. “Adentrarse en los archivos de relojes de mujer de Audemars Piguet es un viaje de descubrimiento sin fin. Tienen carácter y creatividad. Ahora estamos empezando a reconocer el importantísimo papel de las mujeres en nuestra historia y debemos seguir haciéndolo. No existiríamos sin ellas, nos han convertido en lo que somos. Estuvieron en la sombra durante muchas décadas y ahora tenemos que ofrecerles toda la luz que se merecen”, continúa, haciendo referencia a Suzanne y a otras personalidades clave como Jacqueline Dimier o Jasmine Audemars.
Reloj-joya de Audemars PiguetAudemars Piguet