De escote redondo y corte A, poseía un lazo retorcido que ceñía su cintura y que caía a modo de falda voluminosa por el vestido. Un diseño que le otorgó a Gomez ese glamour tan clásico que siempre le define y que, sutilmente, ponía un pie en el color rojo que caracterizará las próximas fiestas. No sabemos si su estilista, Erin Walsh, lo hizo aposta, pero lo cierto es que el atrevido vestido combinaba a la perfección con la red carpet y parecía querer referenciar uno de sus estilismos más celebrados: el vestido carmesí de Prada que usó en los American Music Awards 2016, una ceremonia protagonizada por el emotivo discurso que dio en defensa de la salud mental.
Si hay algo que debemos destacar en todas y cada una de sus apariciones, es la evidente sinergia que existe entre Gomez y su equipo. No solo Walsh (su estilista) sabe sacar lo mejor de ella, sino que su peluquera, Nikki Lee, y su maquillador, Hugh Vanngo, siempre consiguen que la artista luzca mejor que nunca. Esta vez, se decantaron por hacerle una coleta alta sesentera con un par de mechones sueltos ondulados que enmarcaban su rostro, mientras que para el makeup look (probablemente realizado íntegramente con los productos de Rare Beauty) optaron por unas sombras cálidas, unos labios nude y unas cejas laminadas.
Ricky Vigil M / Justin E Palmer