Así, los distintos capítulos abarcan: sus tempranos coqueteos adolescentes con la super 8 familiar y sus primeras películas –El diablo sobre ruedas (1971), Loca evasión (1974)–; el más que turbulento rodaje de Tiburón (1975); la construcción del “manifiesto spielbergiano” con títulos como Encuentros en la tercera fase (1977), 1941 (1979) o En busca del arca perdida (1981); el inconmensurable fenómeno de E.T., el extraterrestre (1982); la continuación de la trilogía de Indiana Jones; o su capacidad para seguir haciendo historia con producciones como Parque Jurásico (1993), La lista de Schindler (1993) o Salvar al soldado Ryan (1998). Sin olvidar, claro, algunos de sus grandes éxitos ya entrados los dos mil, de Atrápame si puedes (2002) y La terminal (2004) a El puente de los espías (2015). En la reciente Los Fabelman (2022), una cinta con carácter autobiográfico, es quizá donde se aprecia de manera más explícita una de sus citas más famosas, que reza así: “Todas mis películas se basan en mi infancia de alguna manera”.
Por último, en un tono más humorístico que exhaustivo –tal como el propio periodista advierte–, el libro incluye también un guiño a lo que denomina como ‘el toque Spielberg’. Es decir, una breve lista de conceptos clave para identificar rápidamente una película del mítico director sin necesidad de mirar los créditos. A saber, un compendio, entre otros, de héroes corrientes, malos padres, luces celestiales, siluetas, vuelos, playas o, sin ir más lejos, planos en el retrovisor. Unos elementos de los que, según Nathan, el espectador podrá seguir disfrutando durante mucho tiempo más, también en nuevas producciones originales. No en vano, el volumen termina evocando otras de las grandes citas del realizador: “Sigo queriendo ser director cuando sea mayor”. Si nada lo impide, queda Spielberg para rato.
A lo largo de su carrera, Spielberg ha sido galardonado en dos ocasiones con el Óscar a Mejor dirección.Libros Cúpula