Fue uno de los colores más vistos en pasarela y, ahora, Blake Lively demuestra cómo llevarlo a modo de total look
Además de consolidar su carrera como intérprete, Serena van der Woodsen (su archifamoso papel en Gossip Girl) le dio una lección muy valiosa a Blake Lively: para conseguir ser siempre la mejor vestida hay que arriesgar y serle fiel a tu estilo propio. Y así sucede con todos y cada uno de sus looks, en los que se aprecia a leguas su amor por la moda y un continuo seguimiento de las tendencias.
La gira promocional de su última cinta, Romper el círculo, se convirtió en todo un desfile de estilismos florales con los que la actriz se entregó de pleno a la estética del proyecto. Controversias aparte, demostró ser una auténtica experta del method dressing, además de su capacidad de adaptar su particular (y con cierta inclinación hacia la extravagancia) manera de vestir a cualquier ocasión. Pues bien, esta vez, Blake Lively desenfundó el manual de tendencias otoño-invierno 2024/25 para asistir a un evento en Nueva York y se pasó completamente el juego con un total look en verde oliva, uno de los colores protagonistas de la temporada (con permiso del cherry red y de otros must como el marrón chocolate), que además concuerda a la perfección con el espíritu inquieto de la actriz.
Firmas de la talla Ferragamo, Gucci, Fendi, Saint Laurent o Burberry se encargaron de que el verde oliva dominara sus pasarelas, e incluso otras como Chloé, Hermès o Loewe incorporaron algún que otro look en el que reinaba este tono terroso. Ahora, Lively nos enseña cómo transportar esta tendencia desde los desfiles hasta las calles, y lo hace con un estilismo envidiable con el que sella su posición como fashion icon.
Un vestido de corte midi de encaje, un cómodo cárdigan oversized y unas botas altas con reminiscencias militares (quizá como guiño a los orígenes de este color) de Christian Louboutin en un verde un poco más oscuro, le bastaron para configurar un total look ganador. A estas piezas, les añadió multitud de accesorios dorados, entre los que se encontraban una bandolera vintage de Chanel, un brazalete, anillos y pendientes XXL; siendo las joyas de gran tamaño una de sus mayores señas de identidad.
