Margaret Qualley siempre causa sensación con sus estilismos, y su paso por esta 78ª edición del Festival de Cannes para presentar su próxima película no ha sido, en absoluto, la excepción. Si bien hace unos días su madre, la también actriz Andie MacDowell, dominaba la Croisette sin apenas maquillaje y con un tuxedo, ahora le ha llegado a el turno a Qualley, que sorprendió enfundada en un Chanel customizado sumamente especial y calzando bailarinas sobre la alfombra roja (sí, así como lees).
La intérprete de La sustancia brilló con un vestido blanco vaporoso con cola sutil (adecuándose al recién inaugurado y estricto código de vestimenta del festival cinematográfico), abertura central hasta el muslo y un escote con chal que dejaba sus hombros al descubierto. Pero fue el detalle en la zona del pecho lo que gritaba Chanel desde el primer vistazo: una camelia, la flor favorita de su fundadora, superpuesta sobre un lazo negro, toda una insignia de la firma.
Y parece ser que Claudia Schiffer está siendo la verdadera musa del certamen este año, ya que, tanto Elsa Hosk (con su Thierry Mugler en la première de The History of Sound) como la protagonista de este artículo en esta ocasión se han decantado por emular algunos de sus looks más memorables en la pasarela. Concretamente, la actriz lució un diseño inspirado en la aparición de la top alemana por el desfile primavera-verano 1990 de Alta Costura de Chanel; la cual, por cierto, supuso el inicio de Schiffer como musa de Karl Lagerfeld.
Ahora bien, nada mejor (y más chic) que sublimar este atuendo con un zapato plano. Qualley escogió las clásicas bailarinas bicolores de la marca (con puntera de color negro) para romper con la habitual elección de unas sandalias de tacón. Por otro lado, lució también unos pendientes colgantes con una pequeña flor en el lóbulo y un anillo chunky en una de sus falanges, todo ello obra de la maison gala por excelencia.
Daniele Venturelli