La Casa Real Británica está ejerciendo estos días de anfitriona para los emires de Catar, que se encuentran de visita de Estado a Reino Unido. Si ayer por la tarde pudimos ver a Kate Middleton enfundada en unas botas altas burdeos para la ceremonia de bienvenida, por la noche los protagonistas fueron Victoria y David Beckham. La pareja estuvo invitada al banquete que los reyes celebraron en el palacio de Buckingham. Que el ex-futbolista y la diseñadora asistieran a la recepción podría responder al papel de embajador de David en el mundial de Catar de 2022. Además, ambos recibieron la Orden del Imperio Británico en distintos años (2003 y 2017, respectivamente), y algunos medios de la prensa amarilla están barajando la posibilidad de su nombramiento como caballero.
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En cualquier caso, ayer pudimos ver a la pareja por el East Gallery del palacio enfundada en sus mejores galas. Ambos fueron de riguroso negro, y nos llama especialmente la elección de Victoria Beckham para la cena. La ex-Spice Girl se decantó por un diseño sofisticado y minimalista, que se adaptaba al cuerpo como una segunda piel. Era un vestido de una pieza, con cuello caja y manga larga, con falda hasta el suelo. La única licencia del diseño era un nudo a la altura de la cadera que caía en el frente con un sutil drapeado.
Este detalle en cuestión se alinea con una de las tendencias que más hemos visto repetirse este otoño-invierno 2024-2025. Las faldas anudadas son una favorecedora preferencia que hemos visto en colecciones como la de Paco Rabanne (en formato pañuelo), Etro (en clave boho), JW Anderson o Gaurav Gupta (más sofisticada). Al realzar la cadera, su resultado es favorecedor, un truco de estilismo que ya subió Alaïa a la pasarela en su primavera de 2023 al presentar vestidos de punto con un sofisticado drapeado frontal cayendo en cascada.
Gaurav Gupta otoño-invierno 2024Gaurav Gupta
El vestido de Victoria Beckham, y en general, la tendencia, tiene un origen milenario: en el Antiguo Egipto, el shenti era la prenda masculina que más asociamos a los faraones en sus representaciones. La adaptación actual más popular sería algo así como un kilt, una especie de falda masculina que incorporaba este mismo detalle anudado en la parte delantera. A finales de 1922 el descubrimiento de la tumba de Tutankamón se tradujo en un auténtico fenómeno que permeó la moda, con los drapeados frontales a la cabeza: “Drecoll, Worth, Premet y Martial et Armand también están utilizando este motivo”; recogía Vogue en mayo de 1923.”Lo egipcio es la influencia más fuerte en la moda, especialmente por la noche”. El filón faraónico tiene una larga proyección: de aquellos diseños ‘flapper’ de Norman Hartnell podemos acudir a John Galliano, otro de los diseñadores que más veces ha reinterpretado la indumentaria de los faraones sobre la pasarela, tanto para su propia marca (1997) como para la Alta Costura de Dior (2004).
Elise Randolph con un vestido de Norman Hartnell con el drapeado frontal de inspiración egipcia (c. 1924).Sasha/Getty Images
Alaïa primavera verano 2023.
Dior Alta Costura primavera 2004.