Cortesía de Sideral
Llama la atención la cantidad de créditos que acumulas como actriz.
Es que empecé trabajando como actriz. Estudié interpretación y debuté aquí en Galicia. Aquí, y pasa a todos los niveles en audiovisual, nos hemos formado mucho en nuestra propia televisión autonómica. Eso da muchos actores gallegos. Mucha gente dice: “¿de dónde salen?”. Son personas que llevan toda la vida trabajando, tienen más capítulos que tú, bar, monólogos y teatro. A nivel técnico hay muchísimos especialistas y una cantidad enorme de series que se están haciendo aquí para todas las plataformas. Siempre ha habido mucha cantera y formación que está relacionada con esto. Los créditos como actriz los tengo porque trabajé en series. Si me sale algo, lo hago. Me gusta más estar del otro lado en realidad, ni siquiera salgo mis pelis. Disfruto dirigiendo a los actores.
Tanto que en ‘As Neves’ escoges a un reparto prácticamente debutante, el equivalente a un salto con triple tirabuzón para una directora que se estrena en el largometraje.
Mi productora, que es mi amiga también, me dice: “Tú no podías pedir un helicóptero, tenía que ser miedo y adolescentes” [risas]. Nunca tuve dudas de que se podía conseguir, la verdad. Puedes fallar y no todo va a ser perfecto, siempre hay problemas, pero creo que las cosas se consiguen con mucho trabajo. Hice un cásting muy exhaustivo en el que vi a muchos chicos y chicas de Galicia con los que me fui entrevistando. Después de todo aquel verano que duró la prueba llegamos a esta pandilla. Se trabajó mucho con ellos y también con el objetivo de que yo tuviese confianza con ellos, dar con una relación que me llevara a saber cómo tenía que dirigir a cada uno en cada momento. Después se construyeron las dinámicas del grupo para que fuese creíble que ellos eran amigos. En resumen, que fuese lo más honesto y natural posible. Creo que una parte primordial de la dirección de actores es escogerlos bien.
En algunas entrevistas que ofreciste en el Festival de Málaga insistías en que nunca quisiste caer en lo moralizante con esta película. ¿Cómo lo consigues?
Siempre hay moralinas porque las pone cada uno. Lo que buscaba es que de haber alguna, la pongas tú porque no la voy a decir yo. Te cuento esto y decide cómo quieres interpretarlo. Es que no me gusta caer en eso porque no estoy yo para sermonear a nadie. A cada uno le llegará después la lectura que quiera hacer.
Esta es una historia de adolescencia y las historias de adolescencia siempre trabajan con emociones vividas por primera vez, con ese fervor que muchas veces está muy sofisticado en las películas. No es tanto así porque yo me ha aburrido mucho en la adolescencia. No todo es tan chispeante y guay. Se aburren, tienen un montón de dudas, pasan malos momentos y no entienden cosas. Esta lectura de la fiesta de pijamas es muy yankee y poco tiene que ver con la realidad. Un chaval que nace en un pueblo con tres habitantes se aburre a morir. He querido relatar la adolescencia de una manera un poco más honesta, sin ser yo tampoco quien para decir si lo he conseguido, pero, bueno, lo he intentado.