La tendencia oscila entre la estética Balmoral (muy Loewe primavera-verano 2023) y el auge de las chaquetas utilitarias, como el modelo Detroit de Carhartt. En esa línea se mueven los estilismos que hemos visto en las semanas de la moda masculina precisamente. Wales Bonner es una de las firmas que proponía una versión de estas piezas de trabajo con un trench claro con solapas de piel en un tono oscuro, una versión más corta de las que hemos podido ver en el desfile masculino de Dior. Por otro lado, Gucci cambia el patrón para hacer chaquetas de silueta más oversize, y las declina en colores pastel como el lavanda. El toque más utilitario puede rastrearse en Louis Vuitton, con chaquetas que contrastan el cuello mediante el juego de tejidos y añaden múltiples bolsillos a varias alturas.
Dior hombre primavera-verano 2025.
Wales Bonner primavera-verano 2025.
Gucci primavera-verano 2025.
Auralee primavera-verano 2025.
Louis Vuitton primavera-verano 2025.
Que en inglés se distinga por el color del cuello aquellas profesiones más administrativas de aquellas más manuales y vinculadas a la construcción o las fábricas (white collar y blue collar, respectivamente) dice mucho de la importancia que adquirió históricamente esta parte de la prenda para distinguir, casi de forma instintiva, unas clases sociales de otras. Por los avances en química, el azul pasó de ser uno de los colores más difíciles de conseguir a uno de los más asequibles (gracias a los tintes sintéticos), de ahí que se estandarizase el ‘bleu de travail’ como uno de los tonos absolutos en los uniformes del cuerpo de trabajo de finales de s. XIX. La firma Carhartt concibió una chaqueta oscura con cuellos a contraste que se vinculó rápidamente a los trabajadores de la construcción, pero que a día de hoy está ominipresente en la cultura popular.
De hecho, de cara a la primavera-verano 2025 se encuentra en diferentes opciones pensadas para todos los gustos. Ahí tenemos a Auralee, que explora la tendencia de los cuellos en diferentes prendas de abrigo que van de la cazadora vaquera a la parka, pasando por una especie de gabardina con capelina incluida. El layering, dejando asomar por encima los cuellos de la camisa y un pañuelo estampado por debajo, es la forma de concebir la indumentaria al puro estilo dandi, pero actualizado en 2024 y sin distinción de género.
Auralee primavera-verano 2025.
También encontramos en la pasarela otras fórmulas que exploran distintos matices del cuello. Dries van Noten y Ernest W. Baker proponen solapas que mezclan los tejidos, con una parte trasera más oscura. Así eran las chaquetas eduardianas que se pusieron de moda entre los teddy boys y las teddy girls, quienes en sus atuendos extravagantes recurrieron a las americanas anticuadas de sus abuelos para conseguir diferenciarse del armario de sus progenitores.
Dries Van Noten primavera-verano 2025.
Foto que acompañó al texto de ‘Picture Post’ sobre los Teds en 1954.Getty Images
Ernest W. Baker primavera-verano 2025.
La alternativa más sencilla para picar en esta tendencia es hacerlo no a través de una prenda con cuellos a contraste, sino con un truco de estilismo que lo simula. Así lo hemos visto por ejemplo en Loewe, cuya colección de primavera proponía combinar gabardinas con camisas oscuras cuyos cuellos asomaban por encima del abrigo. Que la pieza superior no tenga solapas ni cuellos parece clave para conseguir un resultado exitoso: Hermès también optaba por este gesto sobre una bómber en azul, sin cuellos.
Hermès primavera-verano 2025.
Loewe primavera-verano 2025.