Nacida en Phoenix, Arizona bajo el nombre de Stephanie Lynn Nicks un 26 de mayo de 1948, se enamoró tempranamente del repertorio folk americano y se lanzó al mundo de la música. A finales de los 60, rebautizada como Stevie, se mudó a San Francisco con un sueño. La ciudad tuvo el privilegio de ver nacer una de las parejas más épicas del mundo de la música. El dúo compuesto por Lindsay Buckingham y Stevie Nicks emprendió el vuelo de una relación creativa y amorosa que los llevaría hasta las puertas de la banda que cambió sus vidas por completo.
Cuando el músico inglés Mick Fleetwood se fija en Buckingham como candidato a nuevo guitarrista de su grupo, él solo pone una condición, seguir junto a Stevie. A principios de los 70 Fleetwood Mac vive su era más prolífica gracias a sus dos nuevos integrantes. Nicks destaca como vocalista y compositora, convirtiéndose en un ícono para las generaciones venideras de músicos y audiencias. Para finales de los 70, Stevie Nicks es como en sus canciones, una diosa. Una madrina del feminismo, la poesía, el arte y el rock. Una abanderada, dueña de su imagen y de su cuerpo.
Se sometió a un aborto durante las grabaciones del primer álbum del grupo, Rumours. “Si no me sometía a un aborto, estoy absolutamente segura de que no habría habido Fleetwood Mac”, confesó en una entrevista con The Guardian. “Sabía que la música que íbamos a llevarle al mundo iba a sanar los corazones de mucha gente y la iba a hacer feliz. Y pensé: ‘¿Sabés qué? Eso es realmente muy importante. No hay otra banda en el mundo que tenga dos mujeres como cantantes líderes, dos compositoras mujeres… Esa era mi misión en el mundo’«, añadía hablando sobre Cristine McVie, teclista y cantante de Fleetwood Mac. Su honestidad y resiliencia con esta cuestión han logrado conectar ahora más que nunca con el público joven femenino, que no concibe la maternidad como la meta inequívoca de la vida de una mujer.
La cantante Stevie Nicks posando.Getty Images