El ‘look’ de Suki Waterhouse: una oda a la comodidad y un canto a la sofisticación
Cruza la calle sin prisa, con una orquídea blanca bajo el brazo y unas medias negras que contradicen cualquier idea preconcebida del deporte. Suki Waterhouse no sube montañas, ni escala y, sin embargo, todo en su look habla de movimiento, de resistencia, de esa comodidad que no busca ocultarse bajo fórmulas pretenciosas, sino hacerse realidad.
Nacido en la montaña y criado en la ciudad, el gorpcore ha atravesado una metamorfosis sutil hasta el día de hoy que podemos palpar en looks como el de Suki. Lo que comenzó como una estética dominada por parkas técnicas y zapatillas de senderismo se ha afinado hasta encontrar versiones más suaves, más urbanas, incluso cercanas a lo coquette –la colaboración entre Salomon y Sandy Liang es una muestra de ello–. Porque lo de Suki Waterhouse no es una oda literal al outdoor, sino una reinterpretación lógica de su esencia urbana.
En el estilismo podemos vislumbrar memoria atlética en sus shorts satinados burdeos con bandas laterales y hay deseo de contraste en sus medias semitransparentes y sus zapatillas que repiten el color de los pantalones con una exactitud casi estética. La camiseta blanca con dibujos también funciona como guiño a esos estilismo ochenteros en los que la ropa deportiva era ropa que no se usaba, camisetas de propaganda y otras relegadas al olvido. Asimismo, una sobrecamisa en tejido denim coronaba el estilismo aportando un toque workcore y utilitario.
¿Dónde empieza y dónde termina el gorpcore en esta mezcla? Tal vez en ningún sitio y es por ello por lo que tanto ha cautivado. Suki no se disfrazaba de deportista, sino que incorporaba las claves de la estética –funcionalidad, no rigidez, mezcla de texturas y resistencia a lo formal– para construir algo nuevo y especial. En vez de escalar una cumbre pasea por lo cotidiano, como comprar una maceta o pasear por la ciudad. El gorpcore, tal y como lo está reformulando esta nueva generación de prescriptoras, ya no depende del uniforme técnico sino de la intención. Ahora deja de estar sobreproducido y la clave radica en las piezas y en su combinación effortless que siempre gira en torno a la comodidad.