A Supervivientes All Stars una manifestación le ha fastidiado sus pruebas estrella: la noria infernal y la ceremonia del barro. Son estelares porque nos gusta ver sufrir; luego nos rasgamos las vestiduras cuando triunfan canales como Kick donde se humillan por dinero. Nunca nos importó lo que ganaban los que se descalabraban en Humor amarillo. Y de aquellas zamburguesas pasamos a los que beben su propia orina por unos likes monetizables. Hace años, en Fear Factor, dos hermanas bebieron semen y orina de burro. Puestos a ingerir secreciones, casi prefiero las mías. No fue por dinero; eran gente de posibles. Su padre estaba tan orgulloso que alquiló un local para verlo con sus amigos.
En Supervivientes tampoco se vieron esos saltos del helicóptero que dejan claro los favoritismos. A los famosos de medio pelo les hacen un baumgartner y los lanzan desde la estratosfera; a los que vienen de las sagas Jurado, Campos o Pantoja los posan sobre las olas como si fuesen bebés de pecho. De esta edición sé poco, desconecte de los realities de Mediaset cuando empezaron a ser 50 sombras de Adara Molinero, la musa de Telecinco con permiso de Sofía Suescun. Ya hay gente que vive de los realities; que haya quien muera por ellos solo es una evolución predecible.
El boicot al programa fue cosa de la comunidad garífuna, que son los que viven allí todo el año y están viendo que con tanta grabación les está quedando su paraíso como un solar. De todos los formatos televisivos, jamás pensé que el que me mostraría la lucha de un pueblo afrocaribeño sería el presentado por Jorge Javier Vázquez, como habrá quien esté al tanto de la gravedad de lo que pasa en Gaza por la Vuelta Ciclista a España. No se puede despreciar la utilidad de ningún formato.
A los garífunas les preocupa la supervivencia de su barrera de coral, la segunda mayor del mundo. El tema es que si esa barrera cae, vamos a sufrirlo todos, pero solo seremos conscientes cuando pase. Si les interesa el tema, les recomiendo Barreras de coral en peligro; está en Movistar, aunque ver tanta belleza degradarse te sume en la melancolía. No solo le afecta el calentamiento global, también los productos químicos que alegremente vertemos al mar. Desde que soy consciente, leo los componentes del protector solar con más atención que el horóscopo. El de hoy me ha dicho que centre mis objetivos y no me disperse, pero creo que he dejado de hacerle caso en la tercera línea.