El viernes en el Sònar de Día, entre el público aumentaron las muestras de apoyo a Palestina con respecto a las que ya vimos el jueves. Y las actuaciones se sucedían, por no decir que se atropellaban. Hay una buena cola para ver a Raül Refree y Niño De Elche presentando su espectáculo ‘cru+es’. Entre destellos azules, Refree y Niño de Elche se mantienen a oscuras. Refree pone los sonidos, muy drone, Niño canta quedo o emite ecolalias, hace piruetas vocales y el público conversa, hasta que alguien manda callar. Hasta el quinto tema no se ilumina a los artistas, vestidos en mono de mecánico. Se sientan, Refree coge la guitarra… y no veo el final del espectáculo, porque me estoy quedando frita y tengo que ir al Hall.
Allí, Alva Noto & Fennesz interpretan ‘Continuum’, su homenaje a Ryuichi Sakamoto. Fennesz a la guitarra y programaciones, Alva Noto también a las programaciones, concentradísimos ambos. En la pantalla de atrás se proyectan ondas. Desarrollan un ambient sostenido, calmo pero algo amenazante a la vez. Hasta que nos despiertan a ritmo de corazón y quirófano. Muy interesante, pero es música que requiere concentración y hay demasiada gente charlando en el Hall. Quizás no es un sitio que invite a la introspección que nos ofrecen Noto y Fennesz. Y yo tengo que dejar otro concierto inacabado porque me esperan las Tarta Relena presentando ‘És pregunta’ en el Còmplex.
El espectáculo es un señor espectáculo, trabajadísimo en sonido, luces y vestuario. Con otro pequeño retraso, Tarta Relena entran por el patio de butacas cual vestales plateadas. Despliegan sus voces sobrenaturales, efectos basados en la naturaleza, idiomas varios. Entra la banda de percusión para la divertida ‘Mano décima’ (aka “Juan el Romano”), que en directo es avasalladora. Como avasalladora y triunfal suena ‘El suïcidi i el cant’.
Para ‘Tamarindo’ son muy graciosas cuando empiezan a hablar raro, reproducen lo dicho al revés… y escuchamos cómo presentan el disco. Pero ahora se ponen serias, porque empiezan a hablar. La cita no es literal y está incompleta. No las pude grabar y anoté como pude: “estamos viviendo con dolor el genocidio que el estado de Israel está haciendo en Palestina. Vivimos con dolor que un fondo buitre como KKR se esté quedando con nuestros espacios cuando la cultura les importa una mierda. También es un buen momento para hacer autocrítica”. Después del discurso, vuelve la música. Es pura magia cómo empastan las voces en ‘Cant premonitori’, cómo se tiñe todo de rojo y se llena de extrañamiento. Cierran con ‘La font’, con agua y todo se baña de luz. Una barbaridad de concierto, lo mejor del festival.
Es tan magnífico el concierto de Tarta Relena que esta vez no corro, y eso que a continuación toca otro de los conciertos más esperados del día: Maria Arnal con su ‘Ama’ en el Hall, que no sé si acabará siendo un nuevo disco. Es un poco dolor de muelas que dos artistas que comparten instintos artísticos y público casi se solapen. De hecho, las Tarta Relena eran las voces invitadas en la gira de ‘Clamor’. Por suerte entramos solo diez minutos tarde y enseguida tengo un flashback de la presentación de ‘El mal querer’ de Rosalía en esa misma sala en 2018. De hecho, la propuesta es similar en ambición y en las ganas de convertir a Arnal en una de las grandes. También me recuerda a los conciertos que Arnal ofrece para Navidad sobre ‘El cant de la Sibil.a’. ‘Ama’ es la versión mejorada.
Lamentablemente, no puedo apreciar bien el espectáculo: estoy algo lejos, no veo apenas el escenario y no hay pantallas que repliquen el concierto para bajitas. Maria va con un cuerpo de baile, desarrollan coreografías, en la pantalla posterior se suceden imágenes y los títulos de las canciones. Para ‘Espejo’ medio veo una coreografía tipo Bollywood. En ‘Por tus penas’ saca un órgano, suena eclesiástica. La pena es que el Hall está lleno de cotorras. Da igual dónde intentes ir, siempre hay dos (o más) personas charlando a pleno volumen.
Lo mejor es cuando aparece nada menos que Yerai Cortés para tocar la guitarra en ‘Xiqueta meua’, que se perfila como gran canción señera. También le acompaña La Tania a las voces. Es una bonita balada tradicional coronada por la preciosa guitarra de Yerai. Y, al menos por una vez, el público se mantiene callado para escuchar tamaño derroche. Poco dura el silencio, aunque se escuche chistar todo el rato. Hay efectos de luces espectaculares. Y momentos que son puro hedonismo. ‘Suspiro’ es synth-pop dulce. ‘Tic Tac’ es sincopada, bailable, próxima al Sufjan Stevens electrónico. A Arnal se la ve feliz y suelta en esta etapa de popstar. Para cerrar, la pantalla posterior proyecta “Free Palestine” y Maria y su equipo despliegan una pancarta que reza “Palestina=Lliure”.