Tengo tendencia a engordar, ¿qué puedo hacer?

Tendencia a engordar: ¿existe de verdad?

Seguro que conoces a varias personas o, incluso, puede que tú misma tengas o creas tener esa tendencia a engordar que muchos no tienen. Igual que existen aquellos que, comiendo mucho y sin hacer mucho deporte adelgazan, también hay otros que, comiendo sano y con la misma actividad física del primer grupo, ganan peso con mucha facilidad.

La relación entre genética y peso corporal ha sido un tema de debate durante décadas. A menudo escuchamos esto de la «tendencia a engordar», lo que nos da a entender que la genética juega un papel crucial en la gestión del peso. Pero, ¿es realmente así? Y lo más importante, si estamos en lo cierto y realmente existe esa predisposición genética y no tiene que ver tanto con el estilo de vida, ¿hay algo que podamos hacer para cambiarlo? Nos preguntamos qué tiene más poder, ¿lo que somos, o lo que está en nuestra mano?

Como se trata de un tema algo complicado, hemos querido escuchar lo que dicen los expertos sobre la influencia de la genética en el peso y exploramos cómo las nuevas perspectivas científicas y la epigenética, pueden ofrecer soluciones que van más allá de lo que heredamos de nuestros padres, y que nos permiten ver luz al final del túnel.

La influencia de la genética en el peso: ¿mito o realidad?

Parece que sí que es cierto que algunas personas tienen una predisposición genética a ganar peso con mayor facilidad. La Dra. María José Crispín, médico y nutricionista de la Clínica Menorca, lo explica así: «Existen genes que afectan la forma en que nuestro cuerpo maneja la energía, almacena grasa y regula el apetito. Por ejemplo, algunas personas tienen un metabolismo más lento debido a sus genes, lo que significa que queman menos calorías incluso en reposo. Además, estos pueden influir en la producción de hormonas clave como la leptina y la grelina, que controlan la sensación de hambre y saciedad”, dice la experta.

Sin embargo, la Dra. Crispín enfatiza que la genética es solo una parte de la ecuación (y es aquí cuando damos las gracias al universo). «Aunque la genética puede predisponer a una persona a ganar peso, no es el único factor en juego: el estilo de vida, la dieta y la actividad física desempeñan un papel fundamental en cómo se manifiestan estos genes». Esto significa que, aunque podamos tener una predisposición genética, no estamos condenados a vivir con sobrepeso si tomamos las decisiones correctas.

La clave está en la epigenética

¿Biología o ambiente? Es un debate que no solamente se trata en psicología, sino también en los temas del metabolismo, y la respuesta más adecuada se encuentra en la epigenética. ¿Qué es? Nada menos que un campo en crecimiento que estudia cómo los factores ambientales y los hábitos de vida pueden influir en la expresión de nuestros genes. A diferencia de la genética tradicional, que se centra en los genes que heredamos, la epigenética nos muestra que nuestros genes no son estáticos y que podemos influir en ellos mediante nuestras elecciones diarias.

De hecho, el Dr. Luis López Tallaj, catedrático de bioquímica del envejecimiento, añade un apunte interesante sobre cómo hemos influido nosotros mismos en nuestra predisposición a la obesidad: «Si bien la genética puede influir, los cambios en el estilo de vida son los principales responsables del aumento de la obesidad en las últimas décadas«. Esto sugiere que, aunque tengamos una predisposición genética, nuestras elecciones diarias son las que verdaderamente marcan la diferencia para bien y para mal. Pero es importante saber por qué engordamos con facilidad ya que, si no sabemos la raíz del problema, no vamos a poder aplicar la mejor solución.

Entonces, ¿podemos cambiar nuestro destino?

Si bien la genética puede sentar las bases, lo que la epigenética nos ofrece es la posibilidad de influir en la expresión de esos genes. «Podemos hacer mucho, la epigenética es nuestra capacidad para influir en el entorno y en nuestros hábitos, de tal manera que podemos influir en la expresión de nuestros genes, incluyendo aquellos relacionados con el peso», explica Ilona Calparsoro d’Eliassy, fundadora de Longevitas Labs. Esto significa que, aunque heredemos una predisposición genética, podemos modificar la forma en que esos genes se manifiestan en nuestra vida diaria.

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