Era un secreto a voces entre sus fans. Aunque ha de quedar claro que los seguidores de Taylor Swift siempre están especulando sobre cuál será su próximo capítulo o hazaña musical dada su facilidad y rapidez para sacar álbumes y sacudir la industria discográfica. Todo comenzó en mayo, cuando se supo que, tras una serie de regrabaciones de sus propios trabajos bajo la ya famosa coletilla de Taylor’s Version, la artista había logrado comprar sus másteres originales. Por fin, todo su catálogo le pertenecía. Culminaba así una larga batalla legal que durante años le había privado de ser dueña de su propia música, lo que ralentizaba por ende el lanzamiento de próximas reversiones de títulos como Reputation (Taylor’s Version). Pero la estadounidense no puede estarse quieta. Apenas recuperados sus derechos, era cuestión de tiempo que anunciara algo nuevo. Y así lo hizo ayer: The Life of a Showgirl será su duodécimo álbum de estudio.
Un anuncio diferente
A diferencia de ocasiones anteriores –como el anuncio de Midnights durante la gala de los MTV Video Music Awards o el de The Tortured Poets Department en los Grammy)– , esta vez Swift optó por un escenario más cotidiano. La noticia llegó a través del pódcast que presentan su novio, Travis Kelce, y el hermano de este, Jason. Hay quienes apuntan que este no era el plan inicial, ya que en los últimos días se empezaron a filtrar rumores acerca de la existencia de este disco en rincones remotos de Internet; pero, aún así, la artista decidió adelantarse y complacer a sus seguidores.
Aunque todavía no se ha emitido a fecha en la que se redacta este artículo, Swift enseña en el pequeño avance que han dejado ver de este episodio del pódcast New Heights un maletín de color verde menta y naranja, anticipando así cuáles serán los colores que teñirán su nueva era. La portada, emborronada en el clip de manera intencional, será presentada oficialmente en unas horas.
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Posibles pistas previas
Nada es casualidad con la magnate del pop. Diversos Easter eggs parecían anticipar lo que se venía y la mayoría estaban ligados a sus looks. El vestuario habitual de Taylor en el The Eras Tour comenzó a teñirse de naranja progresivamente, cambió en algunas ocasiones su característico labial rojo por los tonos corales y, a su vez, los trajes y el concepto general de uno de los segmentos del concierto –apodado por ella misma como Female Rage: The Musical y en el que cantaba I Can Do It with a Broken Heart– encajan perfectamente con la estética showgirl que, al parecer, marcará la identidad visual del largo.