‘The Monkey’ tuvo que cambiar un detalle clave del relato de Stephen King por culpa de una película de Disney. La solución fue genial


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Ya han pasado unos cuantos días desde que la vi y aún no he conseguido quitármela de la cabeza. ‘The Monkey’, a pesar de enfrentarse al altísimo listón marcado por el último trabajo de su director, que nos enamoró a muchos con la fantástica ‘Longlegs’ hace unos cuantos meses, se ha ganado un hueco enorme en mi corazón gracias a su festival de sangre, cachondeo sin filtros y una mala leche increíble.

¡Flauta y platillos!

Pero ojo, porque lo nuevo del director Osgood Perkins podría haber sido bastante diferente si los siempre inescrutables caminos de la propiedad intelectual no hubiesen hecho acto de presencia. Y es que, que el primate titular sea un tamborilero es una reacción creativa a la imposibilidad de utilizar el diseño original del juguete en el que se basa.

Es posible que, cuando viste por primera vez el material promocional de ‘The Monkey’ —o, directamente, la película— el imaginario popular arraigado en tu cerebro te hiciese pensar que algo estaba fuera de lugar. Si es así, estabas en lo cierto, porque el simio de Perkins está inspirado en el conocido como Musical Jolly Chimp, un monete a cuerda que no golpeaba un parche con sus baquetas, sino que tocaba dos platillos mientras sonreía y meneaba la cabeza.

Pero, ¿por qué el bueno de Oz optó por modificarlo para su adaptación del relato de Stephen King? Durante una entrevista con SFX Magazine, el realizador explicó que, simple y llanamente, Disney se había hecho con los derechos de explotación del juguete después de utilizarlo en ‘Toy Story 3’.

«Cuando me asignaron el proyecto, el productor me dijo: ‘Ah, por cierto, Disney tiene los derechos de los platillos, por Toy Story’. Así que no podía usar platillos».

Eso sí, lo que a priori podría parecer una hecatombe terminó siendo una oportunidad para hacer mejoras.

«¿Y si fuera un tambor? Es una de esas situaciones en las que una limitación se convierte en una oportunidad. Si haces películas y no aceptas ese tipo de retos, estás en serios problemas. Dije: ‘¡Ey, esto es genial! El tambor es mejor’. Es como un tambor de marcha. Es como decir: ‘¡Redoble de tambores, por favor!’ antes de que ocurra algo. Es mucho mejor que los platillos. Así que gracias, Disney. ¡Lo prefiero así!».

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Este no fue el único cambio al que se vio sometida ‘The Monkey’, en parte también por culpa de producciones recientes que podrían invitar a pensar en la enésima repetición de conceptos y marcos temporales.

«Inicialmente, la película que escribí estaba ambientada en los años 80, con los flashbacks de la infancia en los 50, porque eso me parecía muy Stephen King. Pero claro, ‘It’ ya hizo eso y ‘Stranger Things’ también, así que lo movimos a los 90 y al presente».

Finalmente, parece que hemos salido ganando, porque Perkins se ha sacado de la manga una pequeña joya para amantes del terror más pasado de vueltas que, además, se las ha apañado para acercarse al medio millón de euros en su primer fin de semana en salas españolas. Ni tan mal.

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