El mundo llora la pérdida de David Lynch. El legendario cineasta que se deleitaba contando historias oscuras y surrealistas, falleció ayer a los 78 años. A lo largo de una carrera de más de cuatro décadas, el director –que también fue músico, artista visual y actor– inventó una estética tan propia que el adjetivo ‘lynchiano’ se afianzó como la forma más concisa y directa de describir lo extraño, lo inquietante y, sobre todo, lo onírico. No es de extrañar que, a lo largo de los años, muchos diseñadores de moda hayan buscado inspiración en sus películas, como Terciopelo azul, protagonizada por Isabella Rossellini en el papel de una glamurosa cantante de un club; o Corazón salvaje, donde Laura Dern y Nicolas Cage encarnaron a una pareja de jóvenes amantes a la fuga. Pero quizá la obra más perdurable sea Twin Peaks, un ficción televisiva a modo de telenovela empapada en LSD y que grabó para siempre en la cultura pop al agente Dale Cooper, interpretado por Kyle MacLachlan, afanado en averiguar quién mató a Laura Palmer.
Los mundos de Lynch son tan vastos que las pasarelas lo han evocado de mil maneras. A veces, a los diseñadores les bastó con poner determinada canción, como hizo Rei Kawakubo en el desfile Blue Witch de primavera de 2016 de Comme des Garçons, que ambientó con las notas de Blue Velvet, o cuando Shane Gabier y Chris Peters , de Creatures of the Wind, invitaron a la música Julee Cruise a su desfile de primavera 2017 para que interpretase el tema central de Twin Peaks. “¡Eso no se hace! He llorado durante todo el desfile”, exclamó después Caroline Polachek.
Otros diseñadores, como Raf Simons y Jun Takahashi, de Undercover, adoptaron su icónico imaginario y adornaron sus prendas con fotogramas de su obra. En el desfile de otoño 2017 de MSGM, Massimo Giorgetti se zambulló en los detalles del universo Twin Peaks, introduciendo pinos, búhos y faldas de tul como guiño a Laura Palmer, así como la rosa azul, pista clave de un extraño caso del FBI que investigaban los agentes Dale Cooper y Chester Diamond.