Deberíamos estar cansados de ‘Hacks’. En esta cuarta temporada, la serie ha evolucionado tanto como la vestimenta del hacker Chema Alonso: nada. Se repiten las mismas dinámicas narrativas, los mismos conflictos dramáticos y los mismos debates ideológicos. Las subtramas importan tan poco como siempre. En lo formal, sigue siendo bastante plana. Y, para rematar, en el último capítulo nos cuelan un “sorprendente” giro argumental más gratuito que los desnudos del Destape (y que, encima, se queda en nada).
Y, sin embargo, ‘Hacks’ sigue funcionando de maravilla (ha vuelto a ser nominada en los Emmy, aunque este año lo tiene más difícil con la extraordinaria ‘The Studio’). La serie cuenta con un armazón dramático a prueba de tramas repetitivas, resoluciones previsibles y giros facilones. Unos cimientos que descansan, sobre todo, en la solidez del dúo protagonista. Deborah y Ava son dos de los personajes mejor escritos de la ficción televisiva actual. Y quienes los encarnan, Jean Smart y Hannah Einbinder, forman una de las parejas con más química y talento.
El matrimonio -sentimental y creativo- formado por Lucia Aniello y Paul W. Downs (él también actúa, es el manager Jimmy), continúa logrando un equilibrio perfecto entre la comedia y el drama, entre el efecto puramente cómico (esa lubina encargada por el equipo de guionistas para comer ¡en la oficina!) y el giro sentimental (la escena en la sala de espera del hospital), entre la reflexión irónica sobre algunos temas (los protocolos corporativos, las relaciones laborales) y el discurso combativo sobre otros (la brecha de género en la industria de la televisión, el precio del éxito, las dinámicas de poder entre mujeres).
Pero si hay un ejemplo paradigmático de la habilidad de estos creadores para combinar emoción y chufla es el final del sexto episodio. Una secuencia que arranca con una escena dramática a lo Virginia Woolf, que gira en redondo con un gag fabuloso digno de una comedia de los Zucker y que vuelve a girar hasta convertirse en una emotiva charla entre dos amigas llena de calidez, sinceridad y ternura. No hay mejor manera de explicar qué es ‘Hacks’ y por qué nos gusta tanto.