Buena parte de la red de venta de coches en España pierde dinero. Así se desprende de un informe realizado por Snap-on Business Solutions para la patronal de los concesionarios, Faconauto, que señala que un 29,9% de los concesionarios del país se encontraba en números rojos en el segundo trimestre del año. Si bien el dato refleja el difícil día a día de un sector que trabaja con márgenes muy ajustados, supone una mejora respecto a hace un año, cuando el 33,4% estaba en pérdidas. Esto ha sido posible gracias a la mejora de los márgenes sobre la facturación entre abril y junio, con una rentabilidad antes de impuestos que ha pasado del 0,88% al 1,44% respecto al mismo periodo de 2024, según el citado estudio.
Precisamente estos bajos márgenes es lo que ha empujado al sector a una mayor concentración en los últimos años. “Al unirse, estos grupos consiguen más volumen, diversifican riesgos y logran economías de escala. La experiencia en otros países europeos demuestra que cuanto mayor es el volumen, mayor es también la rentabilidad, y eso ya empieza a verse con claridad en España. Son, además, los que están en mejor posición para afrontar inversiones en digitalización, electrificación o en nuevas líneas de negocio”, explica a este periódico el director general de Faconauto, José Ignacio Moya.
Este directivo advierte, a su vez, que todavía hay una buena parte del sector que no ha podido crecer lo suficiente, lo que deja a estos concesionarios en una posición de vulnerabilidad de cara a cualquier variación de los costes o cambios en los mercados. Para Moya “es determinante” lo que ocurra con programas de ayudas a la compra como el Plan Moves para coches eléctricos, cuyos fondos ya se han acabado en regiones como Madrid o Cataluña, o los distintos programas que aprueben las comunidades y ayuntamientos por iniciativa propia.
De las fuentes de ingresos de los concesionarios, la venta de coches nuevos es la más importante, con un 67,6% de la facturación, muy por delante de los coches de ocasión (16,9%) y de los recambios y talleres (15%), es decir, la posventa. Sin embargo, es esta última rama la que ofrece la mayor parte de las ganancias de los concesionarios, suponiendo el 75,9% de su rentabilidad. El vehículo nuevo solo aporta el 10,7%, algo que se explica por la presión de las marcas para sacar el máximo partido de sus coches, mientras que el vehículo de ocasión supone el 13,3% de las ganancias del sector.
“La facturación de la posventa es considerablemente menor por el valor unitario de los productos y servicios que se comercializan, algo lógico si lo comparamos con el volumen de facturación de vehículos nuevos y usados. Sin embargo, es una actividad más estable debido al importante parque de vehículos con el que cuenta nuestro país, con más de 30 millones de vehículos turismos y comerciales ligeros”, explica Moya, que destaca que es una actividad que genera ingresos recurrentes durante toda la vida útil del coche. “Esto supone una fuente de estabilidad incluso cuando caen las matriculaciones. Y en España, con un parque de vehículos muy envejecido, en el que más del 60% de los coches tiene más de diez años, la demanda de mantenimiento y reparación es todavía mayor”, añade el directivo. De cara al futuro, Moya alerta de las cuantiosas inversiones que tendrán que acometer los concesionarios en la posventa para responder a la creciente electrificación del parque o a la llegada de nuevas tecnologías como la conducción autónoma.