Tras un breve montaje en vídeo de los mejores momentos (el tipo de cámara lenta meditativa y grácil para la que parece estar hecho el juego de Federer), Los doce últimos días comienza cuando Federer se prepara para leer el anuncio de su retirada: «Espero no tener que usar pañuelo», dice. Y casi lo consigue, aunque el anuncio en sí parece sumirle en un estado de profunda introspección y autoevaluación. Curiosamente, es lo que dijo justo después lo que caló en mí cuando volví a verlo, ya con distancia, un par de años después: «Por último, a la gente del tenis. Os quiero y nunca os dejaré«. Una declaración que la mayoría pasó por alto en su momento, pues la noticia de la retirada acaparó toda la atención. Tratándose del deportista que, más que ningún otro, encarnó la perfección en el juego del tenis, es tremendamente conmovedor oír cómo se dirige al propio deporte con tanta devoción.
El resto de la película abarca los aspectos prácticos de la retirada, en los que Federer llama y mensajea a sus amigos para comunicarles la noticia y escuchar sus reacciones, reuniéndose con su agente, Tony Godsick, y con varios amigos que le aconsejan y le ayudan con los detalles de los días siguientes. Y también a la asimilación de las emociones que despierta su decisión. Por el camino, el tenista explica sus lesiones de rodilla y las operaciones a las que tuvo que someterse y reflexiona sobre su carrera, sus títulos, sus récords y sus contrincantes. John McEnroe elogia a Federer como «el Baryshnikov de la pista de tenis» y, sorprendentemente, el propio Federer se refiere a un momento de su carrera en el que, debido a su elegancia en la pista, algunos se preguntaban por qué no luchaba más cuando perdía. La pregunta encaja con la aparición de Novak Djokovic, un auténtico guerrero del tenis, como el gran rival de Federer en los campeonatos más importantes. Esto le toca la fibra a Federer, que lanza una pregunta al aire: «¿Acaso tenía que gruñir, gritar, sudar? Lo intenté, pero al final era estar fingiendo. Yo no soy así».
Cortesía de Prime