Una boda en Francia celebrada en una residencia privada rodeada de campos de girasoles
Vanessa y Sebastien llevan casi toda la vida juntos. “Nos conocimos en una fiesta en casa durante la secundaria y llevamos casi 17 años juntos, viviendo actualmente nuestros sueños en Los Ángeles”, cuenta la pareja. En su 15º aniversario, Sebastien le pidió matrimonio a Vanessa, jugando al dominó en la piscina de una casa de Mérida, México, durante las vacaciones. “Me estaba ganando y, para compensar mi mal humor por perder, entró a casa a buscar un tequila local que habíamos comprado, trajo en medio de los dos vasos una bandeja con el anillo en medio. Fue perfecto, sin adornos, solo nosotros dos”, cuenta la novia.
Aunque su boda legal la celebraron el año pasado en Washington D.C, lugar en el que se conocieron y enamoraron, no dudaron en hacer una nueva celebración rodeados de los suyos en un lugar espectacular: una residencia privada rodeada de campos de girasoles en Nabinaud, Francia. “Pasamos toda la semana hospedados en la casa con nuestras familias, lo que hizo que se sintiera aún más como si nos estuviéramos casando en nuestro propio jardín”, dice la novia. Vanessa y Sebastien quisieron celebrar con sus amigos y familiares que llevan apoyando su historia de amor desde que eran más jóvenes. “Siempre hemos sido una pareja muy tranquila y relajada, no somos grandes en celebraciones enormes ni en llamar mucho la atención, pero queríamos conmemorar un hito tan importante de haber estado juntos tanto tiempo. También sabíamos que nuestros amigos y familiares habían estado esperando mucho tiempo este día, especialmente nuestros padres, por lo que realmente queríamos asegurarnos de que todos los que estuvieron allí sintieran nuestro amor por ellos y que sabíamos lo especial que es nuestra historia”, comentan. La fecha elegida fue el 31 de agosto de 2024.
Días de Vino y Rosas
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Una boda con una temática romántica y surrealista
La temática de la boda en Francia de Vanessa y Sebastien estaba clara: “fue una mezcla de María Antonieta y Salvador Dalí. Queríamos que fuera una combinación del romanticismo clásico francés pero con un toque ligeramente surrealista”. Eligieron esta temática porque el novio es mitad francés y mitad español, siendo ambos lugares influyentes en su persona y en su relación con Vanessa. “Pensamos que necesitábamos una boda en la Francia rural rodeados de su familia francesa, mientras que también contábamos con un equipo completo de España: nuestra wedding planner, catering, fotógrafo, videógrafo y maquillaje/peinado eran todos de Bilbao o San Sebastián”, dice Vanessa.
Vanessa y Sebastien no buscaban una boda al uso, preferían una unión entre estas dos culturas que son cercanas a sus corazones y que emplastaban a la perfección la temática que querían darle a la boda. “No hubo ceremonia tradicional, ni caminar por el pasillo, ni primer baile, queríamos hacerlo de una manera que se sintiera auténtica para nosotros. Siempre hemos seguido nuestro propio camino en nuestra relación y hecho las cosas a nuestro propio ritmo”, explica la novia. “Era importante que se sintiera como una fiesta familiar íntima donde todos estuvieran a gusto y cómodos, pero al mismo tiempo, que fueran transportados por la noche a un lugar mágico que rezumara amor, añade”.
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“Para ser honestos, además de un moodboard inicial, realmente dejamos que Laura, de Octubre Studio, se encargase de todo y trabajase su magia, no sabíamos cómo se vería hasta que llegó el día porque confiábamos en ella implícitamente, solo algunos detalles. Y fue perfecto, más de lo que nos podíamos imaginar”, dice la pareja.