“Cuando antes me preguntaban por el proyecto más bonito que había hecho nunca, al principio pensaba automáticamente en encargos comerciales. Y luego ya caí y me dije: ‘No, mi proyecto más bonito es este que estoy haciendo enfocado en mi hija, que además no tiene un afán económico detrás. Porque yo no quiero vender esas ilustraciones’. Mi objetivo es hacerle una todos los meses”, explica la sevillana, que asegura que son pocas las excepciones en las que por motivos de agenda no ha podido responder a este exigente compromiso autoimpuesto. “Me encanta observar cómo no es solo Gala la que ha crecido, sino cómo mi estilo se ha transformado también con el paso de los años. Yo dibujaba de una manera cuando empecé, usaba papel rugoso y todo era en blanco y negro, y veo la evolución perfectamente [el prolífico uso del color, de hecho, es uno de los mayores distintivos de su propuesta actual]. Y tampoco tiene un fin temporal concreto, porque mi intención es que, el día que mi hija se independice, me siga enviando una foto al mes que yo pueda trasladar a estos retratos”, comenta. ¿Todas las ilustraciones parten de una fotografía? “Sí y siempre procuro ser muy fiel con la ropa y con la atmósfera. Aporto mucho contexto: antes podía resolver con una ‘mancha’ y ahora si la pinto en una librería aparecen hasta los títulos que pueblan las estanterías”.
Lo que la sevillana ha podido captar hasta la fecha en esta serie son, sobre todo, las principales aficiones de Gala. “Tengo muchos recursos fotográficos en los que ella aparece leyendo o pintando, por lo que, al identificar con tanta claridad esos dos intereses genuinos, luego, sin forzar nada, he tratado de potenciarlos al máximo. Es meticulosa y creativa, pero también tiene una deriva muy activa. En las ilustraciones, se ve cómo pasa de ser una personita que simplemente está en un espacio de manera algo más pasiva a cómo va siendo más consciente del entorno y lo usa en su favor. Las ilustraciones me han descubierto a una Gala que es capaz de divertirse mucho. Y eso es muy emocionante”, profundiza.
Gala en una librería a los siete años.Ana Jarén
