Estas son las tendencias en vestidos que estarán por todos lados durante los próximos meses
El vestido ya no responde a un solo arquetipo y se disgrega en relatos paralelos que beben de archivos recientes, referencias históricas y tendencias virales. Hay guiños al pasado cercano como 2010, homenajes velados a otras épocas y un despliegue de texturas y detalles que invitan a mirar más allá de lo evidente. Con las tendencias de otoño-invierno 2025-2026, los vestidos se sostienen sobre la contradicción entre lo delicado y lo estructurado, lo melancólico y lo lúdico y lo clásico y lo disruptivo.
Las tendencias ya no funcionan como respuestas, sino como preguntas: ¿y si el cuello fuera el nuevo centro de atención? ¿Y si lo romántico ya no fuera tan suave? ¿Y si la nostalgia de los 2010 mereciera una segunda oportunidad? En este artículo, recorreremos algunas de las propuestas más sugerentes de la temporada, algunas ya vistas, otras reinventadas y todas ellas avaladas por las casas de moda más importantes del mundo.
El paraíso de los vestidos para este otoño-invierno 2025-2026:
2010 está de vuelta: la doble altura en la falda
La nostalgia de la década de los 2010 regresa con fuerza, pero lo hace con una sensibilidad más madura y refinada. Si algo caracterizó esa época fue el juego de volúmenes inesperados y las superposiciones en clave femenina. Este otoño-invierno 2025-2026, uno de los guiños más evidentes a aquella estética es la doble altura en la falda, un recurso que transforma el vestido en un ejercicio de arquitectura textil.
Las casas de moda más importantes reinterpretan esta estructura en clave contemporánea e incorporan faldas tulipán desbordadas a sus vestidos más llamativos. Givenchy lo hacía con un look nupcial como hilo conductor y con detalles en negro en la parte de la cintura donde nace la falda. Chanel optaba más por el vuelo y los paneles cruzados en forma de capas para su propuesta de doble altura. Del mismo modo, esta estructura aparece de manera acolchada con drapeados estratégicos en los diseños de estampado barroco de Versace que incorporan escote de corazón y detalles en rojo.
Givenchy temporada otoño-invierno 2025-2026
Chanel temporada otoño-invierno 2025-2026
Versace temporada otoño-invierno 2025-2026
Las superposiciones sutiles en tejidos gaseosos aparecen en el Valentino de Alessandro Michele, Marc Jacobs, Carolina Herrera y Diane Von Furstenberg que juegan con ellas en busca de la asimetría expuesta. Por su parte, Alberta Ferretti propone una doble lectura visual a través de una falda que parece compuesta por dos superpuestas o un bajo que flota sobre otro dando lugar al dinamismo que pudimos presenciar en su presentación. Balenciaga también guiñaba un ojo a la segunda década de los dos mil con la doble altura incorporada a vestidos compuestos por bodies de escote corazón y tiras halter.
Valentino temporada otoño-invierno 2025-2026
Marc Jacobs temporada otoño-invierno 2025-2026
Carolina Herrera temporada otoño-invierno 2025-2026
Diane Von Furstenberg temporada otoño-invierno 2025-2026
Aberta Ferretti temporada otoño-invierno 2025-2026
Balenciaga temporada otoño-invierno 2025-2026
De ‘Goth Girl Summer’ al invierno más oscuro
Lo que comenzó como una microtendencia estival en TikTok, el llamado Goth Girl Summer, muta ahora en una narrativa mucho más profunda: el invierno se oscurece y lo gótico toma el control. Pero no se trata de clichés, sino de una oscuridad sofisticada, cargada de romanticismo, sensualidad y referencias decimonónicas. Los vestidos abrazan el negro en todas sus texturas posibles: encaje, terciopelo, cuero y punto grueso conviven en siluetas dramáticas, envolventes o lenceras.
Gabriela Hearst optaba por las mangas abullonadas y el tejido en guipur para su propuesta en forma de vestido negro. También Ralph Lauren aceptaba las premisas de esta estética en una variación más lencera en la que tanto el encaje como el tul se aliaban en su vestido midi. Los vestidos parecen fragmentos del pasado gótico reconstruidos en clave postmoderna a través de los volúmenes y los encajes como en el caso de Saint Laurent y de Chloé, que se aleja del boho por un momento para abrazar la oscuridad.
Gabriela Hearst temporada otoño-invierno 2025-2026
Ralph Lauren temporada otoño-invierno 2025-2026
Saint Laurent temporada otoño-invierno 2025-2026
Chloé temporada otoño-invierno 2025-2026
Dolce & Gabbana declaraba su amor a las transparencias en forma de red para su propuesta más oscura dejando a la vista la lencería. Muy al contrario de los italianos, aún compartiendo patria, Versace elegía el tejido negro opaco para su vestido con drapeados en la parte del abdomen y hombreras estructuradas. Elie Saab optaba por el cuello alto y el punto para la parte superior de su vestido gótico compuesto por paneles de encajes de diferentes dibujos. Rodarte también presentaba su fantasía oscura con pedrería en negro y la longitud más larga. El resultado es un invierno emocional donde el negro no es ausencia de color, sino exceso de intención.
Dolce & Gabbana temporada otoño-invierno 2025-2026
Versace temporada otoño-invierno 2025-2026
Elie Saab temporada otoño-invierno 2025-2026
Rodarte temporada otoño-invierno 2025-2026
Vestidos de punto y cortos: comodidad y estilo
La búsqueda de la comodidad sin renunciar al estilo encuentra su expresión ideal en los vestidos de punto cortos. Lejos de las piezas de lana oversize con cuello alto que dominaron temporadas pasadas, esta vez la silueta se acorta y se vuelve más directa. El punto abraza las formas sin esfuerzo, al tiempo que propone una sensualidad que no necesita de mucho para destacar. Son vestidos de diario con vocación de noche y muy cómodos.