El street style ha hablado. Hay vida (y mucha) más allá del estampado de serpiente que puebla las tendencias de otoño-invierno 2025. Es indudable que a lo largo de las últimas temporadas el animal print ha sido el rey sobre las pasarelas: desde que en 2024 llegase con Alaïa, Zimmermann o Dior para ofrecernos abrigo, este no ha salido de nuestro armario. Su popularidad ha sido tal que se ha extrapolado a bikinis, bolsos y pañuelos, capaces de aportar una inspiración selvática allá donde se incluyan. Ahora, acercándonos al inicio de otra estación, estos se renuevan para dejar espacio a otras propuestas y dar lugar a un nuevo ciclo. Spoiler: será el estampado de camuflaje el que lidere estas alternativas, que vuelve tras años en la sombra.
Parte de este revival viene acompañado por el de muchas otras siluetas, que han vivido un nuevo momento de gloria en los últimos meses. En este contexto se recuperan antiguas joyas que hemos tenido guardadas en el armario durante años y se regresa a décadas como la de 2010 a buscar inspiración. Lo veíamos estos días en el Festival de Venecia con Julia Roberts y su bolso de Celine o el estampado de cuadros clásico de Burberry. La última vez que el estampado de camuflaje ocupó titulares fue en 2015, cuando se posicionó como el print estrella de los estilismos de las modelos off-duty.
Ahora este estampado vuelve para colarse al igual que ya lo hizo el animal print: al principio, de forma tímida y en forma de pequeños accesorios, yendo desde las zapatillas que veíamos en la Semana de la Moda de Copenhague a prendas que se funden con otras tendencias del momento, junto a detalles en amarillo mantequilla.
También hay espacio para la experimentación, el campo favorito para aquellas capaces de mezclar múltiples estampados como los lunares. Un acabado maximalista que ha podido verse en el street style en total looks, con una apariencia casi militar.
Incluso, se da pie a jugar con colores alternativos, fuera del tradicional verde que se asocia al camuflaje. En este punto destaca el rosa, uno de los colores de la próxima temporada que ya se ha colado en el estampado para aportar un toque de dulzura coquette y transformarlo. Igualmente, el marrón reclama su espacio, con una aproximación mucho más terrenal que selvática. Se cuela en monos vaqueros, abrigos, chalecos y cazadoras añadiendo informalidad, donde destacan los pantalones cargo que ya comenzaron a despuntar durante el arranque de la primavera. Desde luego, si algo han demostrado las insiders, es que hay camuflaje para rato.
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