El Barça no quiere descontar más puntos (ha cedido cinco) y el Girona necesita sumar muchos más (seis) una vez disputadas ocho jornadas de Liga. Ambos se enfrentan hoy en Montjuïc (16.15, Movistar) con la necesidad de validar su propuesta futbolística en un momento de incertidumbre provocado por los resultados, las dudas, las lesiones y también por una estabilidad institucional condicionada por la relación socios-dueños en el caso del club blanquirrojo y por la asamblea del domingo, las obras del Camp Nou y el ambiente preelectoral que vive el Barcelona. La carga ambiental ha aumentado todavía más por la dificultad que supone gestionar el universo Lamine Yamal.
Los últimos comentarios apuntaban a que el delantero jugó el pasado día uno de octubre contra el PSG por imposición del director deportivo Deco después de que Flick quisiera relegar al jugador a la suplencia por llegar tarde a la charla previa al partido de Champions. “Me gustaría saber de dónde sale esto; es basura. En este club y con Deco especialmente tengo una relación de verdad. Tengo confianza y nunca nos lo pedirían. Es un rumor basura y si alguien lo dice es mentira”, respondió el entrenador, igual de expeditivo con la actitud de Lamine: “Para mí lo importante es que cuando esté aquí, trabaje duro. Y esto es perfecto. Es muy profesional. Respecto a sus días libres, es su vida privada y no me meto”, zanjó Flick.
Aunque no podrá disputar los 90 minutos, Lamine será convocado para el partido ante el Girona después causar baja en la lista de la selección para los partidos contra Georgia y Bulgaria y no jugar con el Barça en Sevilla. Una lesión de pubalgia que se dio a conocer después de que compitiera contra Bulgaria y Turquía provocó la queja de Flick hacia el seleccionador De la Fuente por no cuidar la salud de los jugadores, especialmente la de Lamine. El futbolista, que computa cinco partidos con 392 minutos por los 10 y 866 de Pedri, no se ha pronunciado sobre sus lesiones mientras decide si le conviene firmar camisetas porque estudia comercializar su autógrafo, según Mundo Deportivo.
El trío Raphinha-Lewandowski-Lamine, que marcó 15 goles en las primeras ocho jornadas de la pasada temporada —94 en total—, apenas se ha alineado un cuarto de hora este curso en campo del Levante. A pesar de recuperar a Fermín, Flick solo dispone de tres delanteros —Lamine, Rashford y Roony— para recibir al Girona a causa de las lesiones de Raphinha, Ferran, Olmo, Lewandowski y Gavi, además de los porteros Joan García y Ter Stegen. El virus FIFA ha dejado secuelas físicas y mucho debate sobre la manera de gestionar los minutos de los internacionales, como se ha apreciado con la baja inesperada de Lewandowski.
Los azulgrana, máximos goleadores (22), vuelven al campo después de perder ante el PSG y el Sevilla. Han aflojado la presión alta y la línea del fuera de juego ha perdido solvencia, lo que ha provocado la reprimenda de Flick. El técnico se reunió con los jugadores para que recuperen su versión ganadora con vistas a las tres próximas citas, dos en Montjuïc —Girona y el martes Olympiacos— y el domingo en el Bernabéu. El resultado contra el Girona puede marcar la asamblea del domingo porque los abonados empiezan a expresar su contrariedad por el Espai Barça y algunos precandidatos a las elecciones de 2026 denuncian la precaria situación económica del club y la mala gobernanza de Laporta.
Tampoco ayuda a la entidad el conflicto abierto por el partido frente al Villarreal previsto en Miami. La presión se ha suavizado, en cambio, en Girona después de que el director deportivo Quique Cárcel saliera a dar explicaciones sobre la política deportiva y el equipo haya sumado dos empates —en San Mamés y contra el Espanyol— y derrotara al Valencia. La figura de Michel continúa siendo el punto de encuentro de aquellos distanciados del club por la política de inversiones, corregida con las altas de Vanat y Ounahi.
La condición de antepenúltimo, la poca pegada (cinco goles) y las ausencias —Van de Beek, David López, Francés, Ounahi, Lemar y Martín— limitan las opciones de puntuar en Montjuïc, un estadio que conquistaron hace dos años con un 2-4 y que sigue siendo la sede azulgrana a pesar de que el Ayuntamiento ya ha concedido la licencia para abrir el Spotify Camp Nou para 27.000 espectadores. El Barça gana tiempo hasta que puedan entrar 45.000. Quizá para entonces la estabilidad sea mayor en el Camp Nou.