Juntos, Martens y Johansson han dado forma a un enfoque único para esta colaboración, que pone el foco sobre los favoritos de H&M. De ahí el nombre de Martens en el bóxer más vendido de la marca. «Me gusta mucho experimentar. Y juego mucho a los giros inesperados: proyectar algo diferente sobre lo reconocible. Así que el punto de partida aquí fue darle ese giro propio a los bestsellers de H&M». Y en H&M, lo que más se vende es como en todos sitios, mucho blanco y negro y gris. Y nosotros también queríamos añadir algo de color. Así que acabamos yendo más allá y aplicando el giro a otros arquetipos universales de lo ponible: así es como acabamos en Gran Bretaña».
Los percheros revelan un delirante sueño febril de estilo inglés estereotipado en el que los experimentos Y/Project-vintage de Martens en formas y tejidos aportan la esencia alucinógena. Hay camisas de leñador a cuadros, bolsos y gabardinas intervenidas con metal laminado, tal como hizo en el pasado, para poder moldear las prendas con contorsiones perturbadoras. «El proceso de producción fue superdifícil», suspira Johansson. Los jerséis preppy de ochos sobreteñidos se rasgan por el escote y presentan un teñido de manera artesanal, con una intensidad mucho más envolvente que los típicos modelos de la marca en colores primarios. Jerséis con el bajo deshilachado, vaqueros bicolores de silueta arrugada, chaquetas vaqueras con efecto desgastado, faldas y vestidos de tartán con estampados trampantojo, botas cowboy hasta los muslos, camisas de algodón con cuellos articulados, joyas regias irónicamente diminutas y jersey estampado con la silueta de un castillo almenado son otros de los divertidos y retorcidos elementos que destacan en las perchas. Dice Martens: «La idea era coger arquetipos que todo el mundo conoce y darles libertad para portarse mal».
Lo que nos lleva a la campaña, que estará en todas partes cuando la colección H&M x Glenn Martens se lance el 30 de octubre. Rodada en Londres, está protagonizada por Joanna Lumley y Richard E. Grant como la matriarca y el patriarca de una anárquica y paródica familia real británica, porque, señala el diseñador, «cada pieza de la colección podría pertenecer a una gran familia excéntrica, quizá un poco trastornada, pero de algún modo también muy unida». Sin duda, los verdaderos reyes de esta colección son Martens y Johansson.