En el videoclip de Please Please Please –sencillo que sirve de adelanto a su próximo álbum, Short n’ Sweet– Carpenter y Keoghan dan vida a una especie de Bonnie y Clyde contemporáneos. Al ritmo de “Don’t bring me to tеars when I just did my makeup so nice [no me hagas llorar cuando acabo de maquillarme tan bien]”, ambos cometen delitos y se visitan mutuamente en la cárcel, quizá como una metáfora de los altibajos que a veces sufren las relaciones. “Meter a tu pareja en un videoclip puede contribuir a la narrativa, sobre todo teniendo en cuenta la posibilidad de que la misma canción trate de él. Al final, implicar a tu novio en un proyecto musical es algo que se ha visto durante mucho tiempo. Tuvimos a Kim y a Kanye, a Rosalía y a Rauw, e incluso lo hemos visto con ASAP Rocky y Rihanna”, expone la artista musical Claudacloud por medio de una conversación telefónica.
Es más, el mismo director de Please Please Please y colaborador habitual de Vogue, Bardia Zeinali, explicó en una entrevista para la versión americana de esta cabecera que Ben Affleck y Jennifer Lopez en Jenny From The Block fueron una de las máximas inspiraciones a la hora de rodar este videoclip. Un hecho que justifica la elección artística de Carpenter y Keoghan, y que reafirma que incluir a tu pareja en un proyecto no es, en absoluto, algo novedoso. No obstante, teniendo en cuenta la viralidad que ha rodeado este estreno, se podría afirmar que ha sido el rescate de esta costumbre la que ha resultado innovadora –sobre todo a los miembros de la generación Z– y la que podría dar paso a una nueva era para los vídeos musicales.
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