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Hoy Tom Scholz, el líder y responsable absoluto de Boston, cumple hoy 78 años.
El autor intelectual, sumo dictador, cerebro de la banda de los años 70 Boston, reflexionó en una entrevista con Rock Candy sobre los inicios de su carrera, denominándose a sí mismo como «forastero» cuyo inesperado surgimiento como gigante del rock de los setenta «realmente cabreó a la gente».
Scholz era un Juan Palomo y trabajaba en los estudios de grabación que había instalado en el sótano de su casa en Massachusetts.
«No era parte de una escena, no era parte de la multitud que grabó o tocó en Los Ángeles o Nueva York», afirma con razón el multiinstrumentista recordando el primer LP homónimo de la banda en 1976, por entonces el álbum debut más vendido de todos los tiempos.
“No era parte de la cultura de las drogas. No sabía nada al respecto. No estaba en las fiestas. No hice ninguna de esas cosas».
«Yo era como un enigma que salió de la nada y realmente cabreó a la gente. Había mucha gente, y todavía hay hoy, que simplemente está resentida conmigo y con la música de Boston. Nunca entenderán qué incluía esa música o qué había detrás de ella, o, una vez que tuvo éxito, qué pretendía hacer con ella. Esa parte no fue agradable».
Estaban enfadados porque no podían entender como un perfecto desconocido les había mojado las orejas comercialmente.
Un extraño caso de «do it yourself» pero a todo meter y de un perfeccionismo subido. Scholz había estudiado ingeniería en la Universidad de Massachussets, era un profesional de la alta tecnología, y se montó ese estudio de 24 pistas en su casa donde grabó las demos del LP, que cabe preguntarse si era necesario regrabarlas para el LP, cosa que sí hicieron.
El álbum «Boston» terminó siendo un éxito multiplatino, generando temas de rock clásico como «More Than a Feeling», «Peace of Mind» y «Foreplay / Long Time». Pero su compositor, su creador, tenía una mentalidad práctica sobre el proyecto, asumiendo que probablemente no iría a ninguna parte.
“Iba a enviar demos a los sellos. Y suponiendo que no obtuviera más que rechazos, que es lo que pensé que sucedería, iba a desmantelar todo el equipo, venderlo todo y recuperar lo poco que pudiera del dinero que había gastado».
En 2020, el cantante de Stryper, Michael Sweet, recordó su breve permanencia en Boston, se unió en 2007 tras la muerte del cantante Brad Delp.
«El primer álbum de Boston cambió mi vida, principalmente debido a la voz de Brad Delp».
