Dificultad para concentrarse: cuesta enfocarse en una sola tarea o conversación, porque la atención salta de un estímulo a otro.
Problemas de memoria a corto plazo: olvidos frecuentes, ya que la mente está saturada y no logra retener lo importante. Recuerda que la memoria depende en gran medida de la capacidad de concentración mental.
Fatiga mental y física: el cansancio aparece, aunque no haya un gran esfuerzo físico, porque el exceso de actividad interna consume energía.
Alteraciones en el descanso: cuesta conciliar el sueño o se duerme con una sensación de tensión que impide un descanso reparador.
Irritabilidad o cambios de humor: una mente que no se detiene agota la paciencia y, en ocasiones, lleva a reaccionar de forma desproporcionada.
Acelerados en el trabajo
Revisar el email constantemente, llevarse tareas pendientes de vacaciones, atender llamadas o reuniones no urgentes que podrían ser delegadas o agendar eventos de trabajo en días libres son algunas de las prácticas más habituales que rompen con nuestro ritmo y desconexión según María Pisonero, directora en Madrid de la firma global de soluciones de talento Robert Walters. Lamentablemente, caminar sobre esta rueda de hámster no es la excepción sino, más bien, la norma, ya que según un estudio realizado por Infojobs, el 63% de los trabajadores en España no consigue desconectar del trabajo completamente durante el periodo de vacaciones, habiendo aumentado esta cifra en cuatro puntos porcentuales desde 2024.
“Vivimos en un entorno de inmediatez donde todo parece urgente; si no damos respuesta al momento, nos invade una sensación de estar perdiendo una oportunidad que ya no podrá ser recuperada”, afirma María. Y es que el FOMO (Fear of Missing Out) llega también al plano profesional como ese miedo a perderse algo importante o el temor a perder la oportunidad de formar parte de proyectos de gran relevancia para el negocio. “Además, existe una falsa creencia de que la desconexión puede ser interpretada como falta de compromiso hacia nuestro trabajo”, amplía María. Luego, como es de esperar, esta aceleración mental constante se reflejará en los niveles de estrés y ansiedad, que, como apuntan desde Robert Walters, la sufren especialmente en el momento de la reincorporación el 63% de los profesionales en España.