De rayas, azules, en tejido satinado o con detalles especiales, las camisas no pueden faltar en tu armario de otoño
Hubo un tiempo en el que la camisa blanca se entendía únicamente como prenda de oficina, un uniforme pulcro que hablaba de corrección y de códigos laborales estrictos. Pero esa visión ya forma parte del pasado. En la actualidad, las insiders han reclamado la camisa como pieza de estilo imprescindible, capaz de adaptarse a los contextos más dispares y de pasar del escritorio al afterwork con un simple gesto de estilismo. La rentrée lo confirma: saber llevar una camisa es sinónimo de saber mucho de moda.
En primera instancia debemos reconocer que esta prenda no es una prenda estacional, sino que su imperio se extiende a todas las épocas del año. Es aquí donde aparece la maestría de las que más saben para hacer acopio de sus trucos favoritos para combinar las camisas. Entre ellos destaca sobre todas las cosas uno: el layering –en castellano técnica de estilismo que consiste en vestir por capas, en inglés layer significa capa–.
Photographed by Acielle/,StyleDuMonde
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Las que más saben de moda guardan su camisa favorita en la taquilla o esta vive pegada al bolso del trabajo ya que no existe jornada en la que no se tenga en cuenta para crear el look. Guardamos nuestra favorita en la taquilla del gimnasio para luego ponérnosla con leggings, doblamos en el bolso del trabajo o incluso la colocamos los hombros a modo de capa improvisada. Las camisas son la prenda comodín que resuelve el eterno dilema de qué ponerse cuando se necesita comodidad, elegancia y un punto cool en dosis exactas.
El clásico combo de vaqueros rectos, camisa metida por dentro y unas bailarinas sigue funcionando como uniforme infalible. Minimalista, parisino y eterno. Sin embargo, las insiders han subido el nivel: ahora las camisas se llevan abiertas sobre un tank top blanco, con faldas blancas o con bermudas de tiro alto que prolongan la silueta. La clave está en no quedarse en la literalidad, sino en jugar con las capas y los volúmenes.
Photographed by Acielle/,StyleDuMonde
Photographed by Acielle / StyleDuMonde
Otro truco que triunfa este otoño-invierno 2025-2026 es la superposición. La camisa ya no solo se abotona, se anuda, se lleva deconstruida, se usa como sobrecamisa ligera o incluso bajo jerséis de punto, dejando asomar puños y cuello para dar un aire preppy. También se ajusta mediante cinturones o se lleva oversize como un vestido. Esa versatilidad es lo que ha hecho que la prenda, antaño clásica, ahora se lea como un manifiesto de moda avanzada.
Photographed by Acielle / StyleDuMonde
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Y el street style lo confirma: las camisas aparecen en todas sus versiones, desde las de popelín clásico en tonos neutros hasta modelos satinados, con rayas diplomáticas o en colores vivos que se llevan abiertos sobre vestidos lenceros. Cada estilismo demuestra que la camisa no es solo una pieza básica. En definitiva, la camisa se ha convertido en la traducción perfecta del nuevo power dressing. Una prenda que respeta sus raíces en la oficina, pero que al mismo tiempo entiende el lenguaje del ocio, de la calle y del estilo consciente.