“El Día de Muertos es una celebración muy especial que ha trascendido las fronteras. Ya no es solo un día muy importante en México, sino que también ha llegado aquí. En Vogue España tratamos de celebrarla a través de contenido, algo así como evocando a la celebración y llegamos a celebrar nuestras dos galas del Día de Muertos completamente inspiradas en el país. ¿Por qué nos gusta celebrar estos eventos? Porque nos gusta celebrar todo lo que está relacionado con la cultura la belleza, con la estética y con la moda y esta festividad tiene mucho de eso. Es un estallido de color, de flores, es una visión mucho más alegre de la muerte de la que podíamos tener tradicionalmente en Europa con música y altares que se convierten en pequeñas obras de arte”, iniciaba el coloquio Inés Lorenzo, Head of Editorial Content de Vogue España. “Los diseñadores mexicanos y el comercio local han sabido traducir toda esta herencia ya no solo en torno al Día de Muertos, sino en torno al legado artesanal y a las raíces de lo que es México. Los artistas emergentes miran al futuro y lo hacen revisando los grandes símbolos de la artesanía local como pueden ser los bordados Tzotzil, los huipiles, los rebozos, es super bonito de verlos y también la forma en la que lo cuentan”. Con esta minuta o pequeña oda a la celebración de origen mexicano, Inés presentaba a su acompañante de coloquio durante el encuentro, Moda y cultura, un diálogo entre México y España, en las Las Rozas Village: Karla Martínez de Salas, su homónima en Vogue México y Latinoamérica.
El encuentro en The Apartment de Las Rozas Village fue mucho más que toda una celebración cultural y una invitación a reconectar con las raíces, con la memoria y con la belleza de las tradiciones compartidas. Con las emotivas palabras de Inés y Karla, el ambiente se impregnó de esa energía cálida y reflexiva que solo surge cuando las historias personales se entrelazan con la esencia de un país y más cuando las invitadas eran todas de ambos lugares. Imposible no compartir vivencias e ideas. La charla, íntima y profundamente humana, nos recordó que las tradiciones no solo se heredan, sino que también se reinventan cada vez que alguien las comparte desde el corazón.