De forma paralela, hace cinco años también nació Vogue Business by Santander, proyecto del que ellas formaron parte desde sus inicios. Ahora también lo hacen en esta nueva etapa como Vogue Líderes by Santander. Para ellas, el concepto de liderazgo está ligado más al respeto, al buen trabajo y a la comunicación que a las jerarquías. “Un buen líder se distingue por tener una visión clara y saber transmitirla efectivamente, mostrando empatía y confianza hacia el equipo, delegando responsabilidades y haciéndoles crecer profesional y personalmente. Los mismos valores de honestidad, integridad y transparencia de nuestra marca nos guían en el día a día con el equipo. Intentamos ser siempre justas, flexibles y que el ambiente de trabajo sea el de una gran familia”, una teoría que está bien alineada con su producto.
Aunque confiesan que su filosofía se basa en confiar en los poderes restauradores y curativos que aporta la naturaleza y en los rituales de belleza minimalistas, simplificando los tradicionales, que muchas veces entrañan complejidades, su principal reto en aquel momento fue el de la concienciación de sus potenciales clientas, y de la sociedad en general, ya que en el momento de la fundación eran unas auténticas pioneras en el mercado de la clean beauty. Ahora, el volumen mundial de este negocio es de 8,7 billones de dólares (datos de 2023), y se espera que alcance los 39 en 2033. Una cifra que destacan es que, en Norteamérica, este sector representa casi un 40% del tamaño total del mercado, mientras que en Europa equivale a un 25%. El crecimiento de ellas ha sido consciente pero también meteórico, y en este lustro han pasado de distribuir casi todos sus productos a través de su comercio online (con alguna colaboración puntual en pop up stores nacionales e internacionales) a abrir un espacio de venta al público en Madrid el pasado mes de febrero.
